Infraestructura colapsada dificulta los rescates.
Myanmar solicita ayuda internacional ante crisis humanitaria.
El viernes, un terremoto de magnitud 7.7 sacudió Myanmar, con epicentro cerca de Mandalay. El desastre ha dejado más de 2,000 fallecidos y al menos 4,000 heridos, de acuerdo con cifras oficiales. Este sismo es el más destructivo en la región en más de 100 años.
Las réplicas sísmicas, incluyendo una de 6.4 y otra de 5.1, han aumentado el caos. La destrucción de puentes y carreteras impide el acceso de los equipos de emergencia, quienes buscan sobrevivientes entre los escombros a contrarreloj.
Ante la crisis, el gobierno militar solicitó asistencia internacional. Países como India, China y Rusia han enviado brigadas de rescate y ayuda humanitaria. Sin embargo, los hospitales están saturados, y la escasez de insumos médicos podría agravar la tragedia.
Organizaciones humanitarias advierten que el número de víctimas podría seguir aumentando, ya que aún hay comunidades rurales incomunicadas. El sismo también afectó regiones de Tailandia y China, dejando a Myanmar en estado crítico.