La inundación en Veracruz se ha convertido en un desastre sin precedentes. Autoridades locales confirmaron 15 fallecimientos, mientras que 55 municipios presentan daños estructurales y más de 16 mil hogares resultaron afectados. La magnitud del fenómeno no refleja completamente el dolor y la pérdida que enfrentan los pobladores cercanos a los ríos.
En la Huasteca veracruzana, docentes quedaron atrapados y solicitan apoyo. "Necesitamos ser rescatados y recibir alimentos para las familias", indicó uno de los maestros. El gobierno estatal coordinó un puente aéreo hacia Ilamatlán y Zontecomatlán, destinado a distribuir víveres y atención médica en las comunidades aisladas.
Además, se han iniciado trabajos de rehabilitación en 17 tramos estatales, esenciales para restablecer la circulación y garantizar el envío de insumos básicos. La respuesta de las autoridades busca minimizar riesgos y mantener la asistencia constante a los habitantes afectados.















