No es metáfora ni lisonja. Para la izquierda los símbolos son muy importantes y por eso el lugar de preferencia que tuvo el poblano en el templete, prácticamente al lado de la doctora, tiene mucho significado.

No está usted para saberlo, pero esos lugares son muy peleados y la posición que le dieron al gobernador —sin solicitarla y de manera natural— fue por el reconocimiento que ella tiene a la administración que está encabezando en Puebla.

Las comparación son odiosas, pero hay que decir que nadie como Alejandro Armenta ha tenido la contundencia para defender el proyecto social de Claudia Sheinbaum; tampoco nadie ha sintonizado sus acciones con ella, en seguridad, combate a la pobreza, salud y educación, por mencionar algunos rubros, como lo ha hecho el gobernador.

No solamente en Puebla se aterrizan todas las políticas públicas del Gobierno de México, sino que también la administración federal se ha llevado algunos modelos para aplicarlos en todo el país, como lo son la protección a las mujeres en las casas Carmen Serdán, el respaldo a niñas, niños y adolescentes, que se brinda en el Centro Poblano de Salud Mental Integral (Ceposami), y el apoyo al deporte; todas esas acciones han sido ampliamente reconocidas por la presidenta.

Y qué decir del combate que el Gobierno de de Puebla hace contra el cáncer del “huachicol”, una materia en que es el líder nacional.

Puebla está en total sintonía con el Gobierno de México y con Sheinbaum.

Por eso la Presidenta de la República lo reconoce con una cercanía pública y tan notoria con el gobernador poblano.

Medianía y ética

Uno de los mensajes más potentes de Sheinbaum, desde el pletórico centro de la capital del país, en donde se reunieron 600 mil personas, fue la autocrítica dirigida a los representantes de su partido y de su movimiento. Les lanzó el mensaje de que la honestidad y la austeridad deben ser faro que rija la vida de funcionarios y representantes populares.

Eso implica un cambio de comportamiento, porque precisamente se trató de acabar con el viejo régimen de privilegios, saqueo, corrupción y fatuidad.
El llamado de la presidenta viene muy bien entre tantos episodios de legisladores y funcionarios, quienes se quieren comportar como la realeza, que en vez de presumir iniciativas y trabajo, presumen vestidos, trajes, relojes y autos de lujo.

Por si no les ha quedado claro, aquí les dejamos el mensaje, tal cual de la presidenta sobre ese tema:

“La Austeridad Republicana significa reducir los privilegios y destinar los recursos públicos para beneficio del pueblo.

“En nuestro país, donde la mayoría de las y los ciudadanos viven con un salario mínimo que alcanza para cubrir lo más básico, no puede haber justificación moral, ética ni política para que quienes sirven al pueblo vivamos rodeados de lujos o privilegios; mucho menos si se asumen como parte de un movimiento que hemos prometido, desde nuestro origen, poner fin a los abusos del poder y transformar la Vida Pública de la Nación.

“La Cuarta Transformación nació como una ruptura con el viejo régimen, no solo con sus prácticas, sino también con su forma en que gobernaban.

“Se trata de construir o seguir construyendo una nueva ética desde el poder, donde el servidor público entienda que no está nunca por encima del pueblo, sino a al servicio del pueblo; que gobernar no es para tener privilegios, sino es una responsabilidad profundamente humana.

“En este camino, el principio juarista de ‘la justa medianía’ debe ser faro y debe ser guía.

“Benito Juárez, en su vida y en su ejemplo, enseñó que el deber de quien sirve al pueblo no es acumular riqueza ni rodearse de lujos, sino vivir con decoro, sin excesos.

“La justa medianía significa mesura, significa saber que el poder no se ostenta, se ejerce con humildad. Nunca olvidemos esos principios.

“No olvidemos que la Transformación verdadera no solo es económica y social, también es ética y moral. Y para que perdure, debe nacer desde el carácter, la honestidad y la convicción de quienes han sido llamados a conducirla.

“Creemos en la justicia. Y la Transformación significa: nunca alejarse del pueblo, predicar siempre con el ejemplo. Esto le dará siempre larga vida a la Transformación de México”.