En medio de una escalada de violencia sin precedentes en la región, la Franja de Gaza e Israel se han sumido en un caos humanitario con un saldo de muertes que sigue aumentando.
Según el Ministerio de Sanidad gazatí, los bombardeos israelíes han dejado un trágico balance de mil 417 muertos y al menos 6 mil 268 heridos en Gaza, muchos de ellos civiles, incluyendo 447 niños y 248 mujeres.
Por otro lado, el ataque de la organización islamista Hamás ha causado la muerte de alrededor de mil 300 personas en Israel, con 3 mil 268 heridos hospitalizados, 28 de ellos en estado crítico, según datos del Ministerio de Sanidad israelí.
Este conflicto ha llevado a un desplazamiento masivo en la Franja de Gaza, con un aumento del 30 por ciento en el número de personas desplazadas en las últimas 24 horas, según las Naciones Unidas.
Los hospitales en Gaza enfrentan una crisis humanitaria inminente, con la falta de electricidad que está dejando sin funcionamiento a las instalaciones médicas y convirtiéndolas en morgues, lo que agrava aún más la situación.
En un intento de gestionar la crisis, el Parlamento israelí aprobó un gobierno de emergencia con la participación de cinco diputados de la oposición, liderados por el exmilitar Benny Gantz.
Mientras tanto, Alemania ha anunciado la prohibición de Hamás y de la asociación pro palestina “Samidoun” en el país, después de los actos de violencia cometidos en plena calle.
El conflicto también ha tenido repercusiones internacionales, con la Comisión Europea iniciando una investigación sobre la red social X (anteriormente Twitter) por la supuesta difusión de desinformación y contenidos violentos relacionados con el conflicto entre Israel y Hamás.
Además de los enfrentamientos entre Israel y Hamás, Israel ha bombardeado los principales aeropuertos de Siria, Damasco y Alepo, lo que ha dejado fuera de servicio estas instalaciones. Esto ha generado especulaciones sobre posibles advertencias a Irán por parte de Israel.
Este conflicto ha provocado un intenso debate dentro de Israel, con figuras prominentes, como el exministro de Asuntos Exteriores Sholmo Ben Ami, exigiendo la renuncia del actual ministro por centrarse en intereses personales en lugar de los del país.
La identificación y el levantamiento de los cuerpos también son desafíos significativos para Israel, con más de mil 300 muertos y la falta de personal y equipos experimentados que ralentizan el proceso.
Este conflicto, que ha resurgido después de un período de inactividad, deja a la región en un estado de incertidumbre y temor. La comunidad internacional sigue observando con preocupación mientras Gaza y Israel enfrentan una crisis humanitaria sin fin aparente.
