En su mensaje de Navidad pronunciado el lunes, el Papa Francisco dirigió sus palabras hacia la dolorosa realidad de los niños que pierden la vida en conflictos armados, haciendo mención especial a la situación en Gaza.
Enfatizó que estos niños son los "pequeños Jesús de hoy" y expresó su profunda preocupación por la "espantosa cosecha" de civiles inocentes como resultado de los ataques israelíes en la región.
Desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, el Papa calificó de "abominable" el ataque perpetrado por militantes de Hamás contra Israel el 7 de octubre. También renovó su llamado para la liberación de los aproximadamente 100 rehenes aún retenidos en Gaza.
En un discurso que abarcó la situación en diversos puntos conflictivos del mundo, el Pontífice condenó la industria armamentística, sugiriendo que controla los "hilos de las marionetas de la guerra". Además, instó al cese de conflictos en lugares como Ucrania, Siria, Yemen, Líbano, Armenia y Azerbaiyán, resaltando su compromiso con la paz global.
El Papa Francisco expresó su solidaridad con los migrantes, defendiendo sus derechos en todo el mundo. Hizo un llamado urgente a poner fin a los conflictos políticos, sociales y militares que afectan a diversas naciones, subrayando la necesidad de proteger la inocencia de los niños atrapados en medio de la violencia.
Particularmente preocupado por Tierra Santa, incluida Gaza, el Papa instó a que la paz llegue a Israel y Palestina, reconociendo el impacto devastador de la guerra en la vida de estos pueblos. Dirigió un mensaje especial a las comunidades cristianas de Gaza y de toda Tierra Santa, abrazándolos simbólicamente en medio de los desafíos que enfrentan.
En el mismo lugar donde se presentó por primera vez al mundo en 2013, el Papa Francisco expresó su dolor por las víctimas del atentado de octubre y abogó por el cese de las operaciones militares que causan la pérdida de vidas civiles inocentes. Asimismo, solicitó una solución humanitaria para aliviar la desesperada situación en la región mediante la apertura al suministro de ayuda humanitaria.
El mensaje del Papa Francisco refleja su compromiso con la paz, la justicia y el respeto a la dignidad humana en un mundo marcado por conflictos y sufrimientos, instando a la comunidad internacional a trabajar hacia un futuro de armonía y compasión.
