Roma se vistió de gala para celebrar su aniversario número 2,777 desde su fundación legendaria, marcando el día en que, según la tradición, Rómulo trazó los límites de la ciudad en el año 753 a.C. Esta celebración, conocida como la "Navidad de Roma", fue oficializada por el emperador Claudio en el año 47 d.C., convirtiéndola en una fecha emblemática para los romanos.
A lo largo de los siglos, la conmemoración del cumpleaños de Roma ha evolucionado, adoptando diferentes formas y significados. Desde 1921, durante el régimen fascista de Mussolini, se proclamó como una fiesta oficial, reemplazando al Día del Trabajo que solía celebrarse el 1 de mayo. Aunque esta decisión fue revertida en 1945, el 21 de abril sigue siendo un día de celebración y reflexión para los habitantes de la ciudad.
Los festejos de este año incluyeron una serie de eventos culturales que abarcaron desde representaciones teatrales hasta exposiciones de arte. Durante cuatro días, del 19 al 22 de abril, los museos cívicos y yacimientos arqueológicos de la ciudad abrieron sus puertas al público, ofreciendo talleres y visitas guiadas.
Destacan especialmente las recreaciones históricas del grupo romano, que transportan a los espectadores a la antigua Roma con fiestas y espectáculos tradicionales. Además, los Museos Cívicos presentaron exposiciones dedicadas al arte y la cultura, como el encuentro con el artista Giancarla Frare en el Casino dei Principi de Villa Torlonia y el proyecto sobre el mundo animal en el Museo Carlo Bilotti de Villa Borghese, a cargo del artista Manuel Felisi.
La celebración del cumpleaños de Roma no solo es un evento cultural, sino también un momento de reflexión sobre el legado de la ciudad y su papel en el mundo moderno. Desde su fundación hace más de dos milenios, Roma ha sido testigo de grandes cambios y ha dejado una huella imborrable en la historia y la cultura occidental.
Hoy en día, la Ciudad Eterna sigue siendo un faro de inspiración para millones de personas en todo el mundo, atrayendo a visitantes con sus monumentos históricos, su arte incomparable y su rica tradición culinaria. Pero también enfrenta desafíos contemporáneos, como la preservación del patrimonio histórico, la gestión del turismo masivo y la sostenibilidad ambiental.
Sin embargo, en este día de celebración, los romanos prefieren centrarse en lo que une a su ciudad: su capacidad para reinventarse y adaptarse a lo largo de los siglos, manteniendo viva su esencia única y su espíritu indomable. Porque más allá de sus monumentos y ruinas, Roma sigue siendo el corazón palpitante de la historia y la cultura, una ciudad eterna que continúa inspirando a generaciones enteras.
