A veces, la realidad supera a la ficción. Y la historia del presidente de Francia, Emmanuel Macron, y su esposa, Brigitte, es prueba de ello.
Todo comenzó en 1993, en el colegio La Providence de Amiens. Él, un adolescente brillante de 15 años; ella, su profesora de teatro, madre de tres y 25 años mayor. El flechazo fue inmediato, aunque también escandaloso. Tanto, que la familia de Emmanuel decidió enviarlo a estudiar a París. Pero él no se despidió sin dejar claro su compromiso: “No te desharás de mí, volveré y me casaré contigo”.
Lo que siguió fue una relación a distancia alimentada con cartas y llamadas diarias. Pasaron los años. En 2006, Brigitte se divorció. En 2007, Emmanuel tenía 29 años y ella 54 cuando finalmente se casaron.
Hoy, él es el presidente de Francia, y ella, la primera dama más comentada de Europa. Y es que su historia sigue dando de qué hablar. Durante una reciente visita a Vietnam, fueron captados en un momento tenso: al bajar del avión presidencial, Brigitte le soltó una bofetada a Macron. El presidente minimizó el asunto: “Estábamos bromeando, como siempre”.
¿Una broma privada? ¿O algo más? Las redes no tardaron en especular. Y es que el gesto, aunque breve, fue lo suficientemente fuerte como para incomodar a más de un diplomático.
Sea como sea, el vínculo entre Macron y Brigitte sigue firme. Su historia demuestra que el amor puede desafiar convenciones… y resistir incluso bajo los reflectores de la política internacional.