Muñoz Alfaro subrayó —durante la charla realizada en días pasados— que uno de los principales desafíos al asumir el cargo fue atender la crisis de seguridad que colocaba a Cuautlancingo entre los municipios con mayores índices delictivos en la zona metropolitana de Puebla.
“No ha sido fácil. En el pasado reciente Cuautlancingo aparecía en las notas por hechos de violencia. Hoy, gracias a una inversión histórica en seguridad, salimos de esa lista negra”, afirmó.
El gobierno municipal duplicó la inversión recomendada por ley en materia de seguridad, destinando el 50% del Fortamun —más de 60 millones de pesos— para fortalecer el área. Esto permitió la rehabilitación del complejo de seguridad municipal, la adquisición de 20 nuevas patrullas, la reparación y ampliación del sistema de videovigilancia, y una mayor coordinación con instancias estatales y federales, como la Sedena, la Marina y la Guardia Nacional.
Además, la plantilla policial creció de 37 elementos operativos a 120, acercándose al estándar nacional recomendado para un municipio con 150 mil habitantes.
Percepción vs realidad
Aunque los indicadores de incidencia delictiva han mejorado, el presidente reconoció que la percepción ciudadana aún no coincide con los datos.
“La percepción se combate con más presencia policial, proximidad social, y políticas transversales enfocadas en salud, educación y deporte. Lo ha dicho el gobernador Armenta: la educación es una herramienta para reconstruir el tejido social”, expresó.
Omar Muñoz calificó la inversión en educación como una prioridad estratégica y anunció tres proyectos de alto impacto:
Un bachillerato tecnológico federal, actualmente en construcción.
La Universidad de la Tecnología, en colaboración con el gobierno estatal.
La Universidad de la Salud, con respaldo del gobierno federal.
Estas acciones, explicó, buscan conectar a los jóvenes con las oportunidades laborales en la zona industrial de Cuautlancingo, y combatir la desigualdad social desde la raíz.
“Queremos que cualquier niña o niño de Cuautlancingo pueda soñar con convertirse en el próximo director de una empresa internacional. La mejor herencia que puede dejar un gobierno es la educación”, afirmó.
El municipio también ha intervenido planteles educativos, superando en inversión a administraciones anteriores.
Movilidad y obra pública integral
En cuanto a infraestructura, se realizaron 38 intervenciones viales y urbanas, priorizando zonas históricamente marginadas. Entre las obras destacadas se encuentra la rehabilitación de calles en colonias limítrofes que sufrían abandono por controversias legales entre municipios.
También se construyó un nuevo carril de aceleración y desaceleración para descongestionar la zona de Cuatro Caminos, y se proyecta la apertura de más accesos para mejorar la movilidad urbana.
“Estamos ordenando el crecimiento de la ciudad. Es necesario embellecer el corazón de Cuautlancingo, dignificar los mercados, panteones, y reforzar el sentido de identidad cultural”, señaló.
Muñoz destacó la importancia de la cercanía con la ciudadanía, especialmente en un municipio con una población diversa: entre habitantes originarios con fuerte arraigo cultural y nuevos pobladores que llegaron por razones laborales o geográficas.
“El presidente municipal debe estar en las calles, en contacto directo con la gente. Es un gran reto entender las diferentes realidades del municipio, pero es nuestra responsabilidad atenderlas todas”, aseguró.
Balance y compromiso
A un año de haber asumido el cargo, Omar Muñoz afirma que el camino no ha sido fácil, pero que los resultados comienzan a verse. Aunque reconoce que aún queda mucho por hacer, se muestra convencido de que la seguridad, la educación y la movilidad son los pilares sobre los cuales se construirá el futuro de Cuautlancingo.
“No basta con crecer industrialmente. Queremos que Cuautlancingo también sea la capital de la educación. Solo así construiremos un municipio con oportunidades reales para todas y todos”, concluyó.















