• 29 de Marzo del 2024
TGP

México y su papel en la crisis migratoria

AMLO.org

Son dos las reuniones que ya sostuvieron, de manera presencial, los mandatarios de México y Estados Unidos, en ambas agendas estaba el tema migratorio y al parecer el resultado fue el mismo, usar el programa Sembrando Vida para generar empleos en el sureste mexicano, mantener la militarización de fronteras para impedir el paso de las caravanas, pero de la violación de derechos humanos y de la violencia que sufren los migrantes en su trayecto, no hubo nada nuevo.

 

En la “Declaración conjunta de los líderes de América del Norte: reconstruyendo mejor juntos”, se resumen esos acuerdos: “Buscamos promover vías migratorias regulares a través de programas de movilidad laboral, especialmente en el sector agrícola, incluida la intención de cooperar con el desarrollo de un diálogo para compartir planes de expansión, mejores prácticas y lecciones aprendidas de los programas de visas de trabajadores temporales…” en lo que calificaron como un “Pacto regional sobre migración y protección”.

La realidad del fenómeno migratorio en México va más allá de estos pactos diplomáticos, pues los migrantes que integran las caravanas que cruzan por territorio mexicano, enfrentan condiciones muy adversas, no sólo para cruzar el país y llegar a su destino sanos y salvos, sino para obtener los documentos necesarios para hacerlo por la vía legal. En su trayecto, desde que entran por Guatemala, los migrantes enfrentan violencia, extorsiones, desapariciones, burocracia y detenciones arbitrarias.

Por ello es que la organización Human Rigths Watch hace constantes observaciones y llamados al gobierno de México sobre el trato que les da a los migrantes, argumenta que los indocumentados son deportados a zonas en la frontera guatemalteca que ponen en riesgo su vida y sin cumplir el debido proceso de solicitud de asilo o de permisos temporales para transitar por el país. 

Entre estas expulsiones están los cientos de migrantes deportados desde Estados Unidos en vuelos directos a la frontera con Guatemala, dejándolos a la deriva en zonas inhóspitas donde el crimen organizado tiene sus principales bastiones.

Las imágenes y denuncias por parte de organizaciones no gubernamentales y de defensa de derechos humanos son cotidianas y destaca la violencia hacia los migrantes de cualquier edad por parte de los elementos de la Guardia Nacional y del Instituto Nacional de Migración.

La burocracia tardía es otro maltrato, a pesar de las promesas constantes por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador de abrir las fronteras a la migración para emplearlos y darles cobijo en México, la realidad es que la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados y las diferentes instancias gubernamentales no se dan abasto para cubrir la demanda de documentos solicitados por los migrantes, sobre todo de aquellos que, ante la dificultad de llegar a Estados Unidos, toman la difícil decisión de permanecer en territorio mexicano.

En su última visita a Estados Unidos, el presidente Andrés Manuel López Obrador se comprometió a interceder por los migrantes mexicanos ante el mandatario norteamericano para que no sean maltratados y se les otorgue la ciudadanía norteamericana, pero, creo que sería mejor aplicar el viejo refrán: el buen juez por su casa empieza.

 

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Comentarios vía twitter: @erinife

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