Ver la exposición me resultó conmovedor y divertido, sobre todo por las notas explicativas que acompañaban cada imagen. En este conjunto de fotografías, los gatos fueron protagonistas. Un gato blanco fue retratado dos veces, un gato pequeñito y negro también salió a cuadro. “Los gatos son del barrio y de los niños” pensé. Hablé un poco con la joven responsable del taller de foto, quien estaba atareada con el montaje de la exposición, y le pedí su contacto, porque recordé que unos jóvenes egresados de la Escuela de Artes Plásticas y Audiovisuales de la BUAP acababan de abrir su galería de arte y tenían abierta una convocatoria para montar una exposición dedicada a los felinos.
Miztli: la vida imita a los gatos, es una exposición que será inaugurada este 25 de enero a las 4:00 de la tarde en Mímesis Galería y Estudio. La convocatoria para integrar la exposición se publicó en redes sociales y estuvo dirigida a “artistas plásticxs, digitales y fotógrafxs”. Esta apertura dio para recibir las fotografías de niñas y niños que, si lo pensamos bien, generalmente no son incluidas ni incluidos en este tipo de procesos, salvo que se trate de convocatorias y espacios exclusivos para niñas, niños y adolescentes.
La participación infantil es una cuestión que inquieta a muchas personas que investigan y promueven los derechos de niñas, niños y adolescentes porque, en una sociedad como la nuestra, que funciona a partir múltiples sesgos y procesos de discriminación y exclusión, pensar que niñas, niños y adolescentes puedan tener voz y voto para influir en lo que sucede en familias, escuelas y comunidades, resulta difícil. Muchas personas afirman que es algo así como un disparate.
Muchos ejercicios de participación infantil resultan artificiales o superficiales, pues las personas adultas gravitan alrededor, más o menos conscientes de su influencia en procesos que, supuestamente, recogerán las impresiones, necesidades o propuestas de niñas y niños.
Personalmente, la convocatoria y la exposición Miztli: la vida imita a los gatos, me parecen ejercicios de integración y participación interesantes. Hace falta saber cuál ha sido la experiencia de las y los niños cuyos trabajos estarán en la galería y qué tanto se implicaron en el proceso, pero yo sí sueño con una sociedad (acaso una Puebla) en la que las y los adultos puedan estar en múltiples espacios escuchando respetuosamente lo que niñas, niños y adolescentes tienen para decir, y viceversa, por supuesto. Más allá de los parlamentos, consejos y consultas infantiles que terminan por no tener resonancia, considero importante llamar la atención sobre espacios como la FLEX o Mímesis, ya que suelen pasar desapercibidos. Organizaciones y proyectos como el Consejo Puebla de Lectura, Cine en sus Miradas (vinculado a Mímesis) o Yonixim, contribuyen cotidianamente al fomento de la participación de niñas, niños y adolescentes.
La participación y el reconocimiento de niñas, niños y adolescentes como sujetos de derecho podría parecer poco importante. Sin embargo, mientras esto escribo, en la prensa y las redes sociales se ventila el desgarrador caso de Génesis, la pequeña de diez años desaparecida y hallada sin vida el 16 de enero en el municipio de Cuautlancingo. ¿Es necesario o no replantear la posición de extrema vulnerabilidad que ocupan niñas, niños y adolescentes en la actualidad? ¿es necesario o no reeducar a las personas adultas para que respeten la integridad de niñas, niños y adolescentes? ¿es necesario o no que se abran espacios para que la niñez proyecte sus puntos de vista y estos sean reflexionados por la comunidad? ¿el hecho de que niñas, niños y adolescentes tengan una voz que resuene en la comunidad, es o no un factor de protección? Pienso en Génesis y pienso que debimos conformar una sociedad más segura para ella. Pienso que deben interesarnos las fotografías tomadas por niñas y niños y que -desde la casa hasta el gobierno- deberíamos escucharles con atención.