• 10 de Septiembre del 2025

Prevenir el suicidio, dotar de sentido la existencia

Foto: Especial

Cada año, a propósito del Día Mundial de la Prevención del Suicidio (10 de septiembre), veo con mis estudiantes de arte digital un documental llamado Kuxlejal. Vida. El documental, grabado en San Andrés Larráinzar y dirigido por Elke Franke (2020), me resultó impactante cuando lo vi por primera vez durante la pandemia, en un seminario virtual organizado por la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM).

El suicidio en sí, es un tema inquietante, sobre todo porque, en nuestra sociedad, se asocia con el desequilibrio emocional y las enfermedades mentales. El INEGI, en su reporte de 2024, a propósito del día de la prevención del suicidio, compartió los siguientes datos:

  • En México, en 2023, se registraron 8 837 suicidios, que representaron 1.1 % del total de muertes registradas.

  • La tasa de suicidio por cada 100 mil personas fue de 6.8; 2.5 en el caso de mujeres y 11.4 en hombres.

  • Las tasas más altas de suicidio por entidad federativa se presentaron en Chihuahua, Yucatán, Campeche y Aguascalientes (15.0, 14.3, 10.5 y 10.5, respectivamente).

Los caminos que conducen al suicidio son variados porque pueden ponerse en juego múltiples factores: desde la química cerebral, hasta experiencias traumáticas; desde retos virales, hasta deudas millonarias. En la mayoría de los casos, sin embargo, hay una experiencia de soledad y aislamiento, una visión de túnel que hace imposible desear el futuro.

Kuxlejal impresiona, no sólo porque muestra una problemática grave y poco visible: la alta incidencia de suicidios entre personas jóvenes de los Altos de Chiapas, también impresiona porque junto con el problema, exhibe una suerte de solución propuesta por los mismos jóvenes: hablar del tema y generar espacios de encuentro y expresión en la comunidad.
Kuxlejal presenta la conformación de un grupo de hip hop, las y los jóvenes bailan y escriben canciones para hablar de sus experiencias y emociones. Incluso organizan un festival cultural. Así, reformulan sus valores y construyen códigos para sentirse vivos y escapar de la ideación suicida.

En lo general, el suicidio es materia de estadísticas y de nota roja. En lo particular, conlleva desconcierto y dolor, tanto para quien decide quitarse la vida, como para sus familiares y amistades. A menudo, el suicidio de alguien cercano deja heridas que no cierran por completo, así como numerosas dudas y silencios.
¿Qué se necesita para prevenirlo o evitarlo? Por supuesto, no hay una fórmula infalible, pero en principio es sano reconocer que el problema existe (¡En 2023 se suicidaron 8 837 personas en México!), así que el primer paso sería promover el diálogo y la reflexión al respecto.

En un plano personal y cotidiano, se trata de aprender a escucharnos unos a otros, de reconocernos como personas y relacionarnos más allá del utilitarismo, poniendo en práctica lo que, a veces a la ligera, llamamos empatía.
Según la investigadora estadounidense Brené Brown, la empatía tiene cuatro componentes:

  • Escuchar: Prestar atención a lo que la otra persona nos dice (verbal y no verbalmente). A menudo la escucha implica todos los sentidos, no sólo el sentido del oído.

  • Validar: Reconocer y aceptar los sentimientos de la otra persona.

  • Conectar: Crear un vínculo.

  • No juzgar: Evitar críticas, mantener la mente abierta.

Por otra parte, todo esfuerzo orientado a la generación de espacios seguros y participativos (escuelas, clubes deportivos, entornos laborales, vecindarios, hogares) abona a la prevención del suicidio.
La promoción de la salud mental y la atención psicológica son elementos importantes, pero no son lo único necesario.
Si bien el suicidio es una problemática medible y localizable, sus raíces son extensas e intrincadas.
Una vida familiar libre de violencia, la disminución de la desigualdad, la prevención de las adicciones, las actividades deportivas y artísticas, el acceso a la educación y a empleos bien remunerados, son factores que ayudan a dotar de sentido la existencia, de manera similar a la comunicación empática.