• 05 de Mayo del 2024

¿Quién es Manuel Santillán, El León?

Los Fabulosos Cadillacs se presentarán en un concierto gratuito, el próximo sábado 3 de junio, a las 20:00 horas, en el Zócalo de la Ciudad de México

 

En 1992, Los Fabulosos Cadillacs publicaron el disco El León, que contiene dos versiones de la canción Manuel Santillán, El León, un personaje entrañable, comparable con el Pedro Navaja de Rubén Blades.

El León no tiene nada que ver con el exgobernador de Tlaxcala en el México de los años cuarenta, Manuel Santillán Osorno, quien a la postre fue también director de la empresa petrolera mexicana, antecesora de Pemex, durante el periodo cardenista. Osorno era un hombre del sistema, el otro evoca a algún estudiante opositor a la dictadura militar argentina de Jorge Rafael Videla, en el viejo San Telmo, en Buenos Aires.

Flavio Óscar Cianciarulo sintetiza en 3 minutos y 57 segundos la historia de un hombre a quien buscan pos ajuste de cuentas, quizá un futbolista o un jefe de pandilla al estilo Robin Hood, quien roba a los ricos para repartirlo a los pobres.

La diferencia entre Pedro Navaja y Manuel Santillán, El León, es precisamente ese aire de justiciero que lo envuelve. Navaja es una versión tropicalizada, literalmente, del clásico Mack the knife —un Moritat que derivó en jazz interpretado por estrellas como Bing Crosby, Ella Fitzgerald o Frank Sinatra—, pero esos personajes son malvados: Macky ha vuelto a la ciudad a provocar temor con su navaja; Pedro muere precisamente a manos de “esa mujer” y descubre con su propio sacrificio en voz de un borracho que “la vida te da sorpresas”.

Manuel Santillán, El León, en cambio enfrenta a sus rivales y muere a manos del sargento, pero deja a los oficiales un mensaje que marca la diferencia y logra un auténtico mensaje anticapitalisra —que no logró el dramaturgo Bertolt Brecht con su Mack—: “nunca se olviden que el llanto de la gente va hacia el mar”.

Con esa frase poética, el Sr. Flavio logra además colocar en la cabeza del escucha el recuerdo de los presos políticos echados vivos al mar por la dictadura argentina: “a la mar, a la mar, a la mar”.  El ejercicio de Cianciarulo va más allá, toma al borracho —quizá el mismo que rondaba por las calles de Nueva York, donde transcurre la historia de Blades—y lo lleva a San Telmo, con todo y una buena botella de ron, para recordarle al mundo las palabras que eran del León: “Llanto y dolor, sufrimiento de un pueblo se ahoga y se hunde en el mar”.

Flavio va más allá. Lleva la heroica muerte de El León a Matador, un tema con la misma mística que logró superar cualquier expectativa. Ambas piezas están emparentadas por un espíritu de rebeldía, combativo, rockero, una juventud antisistémica que ha logrado trascender al tiempo.

Con casi cuatro décadas de carrera y nada que perder, la cuenta oficial del grupo informó que en noviembre visitarán varias ciudades de México, pero falta bastante tiempo. “Así que vamos a darnos una vuelta por allí el 3 de junio. #LosCadillacsTocandoParaVos en el Zócalo de la Ciudad de México, con entrada libre y gratuita”.

El grupo llega maduro, con relevos generacionales, en el marco de la gira El León del Ritmo, celebrando 30 años de Matador, y con ganas de entregarse al público de la Ciudad de México con toda la luz del ritmo.