Durante una cena celebrada en el Salón Azul de la Casa Blanca, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, anunció que ha nominado al expresidente estadounidense Donald Trump al Premio Nobel de la Paz. Esta propuesta surge tras las recientes operaciones militares conjuntas contra Irán, que ambos líderes calificaron como un "éxito total".
La carta de nominación fue entregada por Netanyahu directamente a Trump:
“Está forjando la paz mientras hablamos, un país y una región tras otra”, afirmó el mandatario israelí frente a los principales asesores de ambos gobiernos.
La velada diplomática incluyó discusiones clave sobre la guerra en Gaza y una posible tregua de 60 días que permitiría avanzar hacia un acuerdo humanitario. Aunque fue una celebración para reforzar alianzas, el contexto bélico actual sigue nublando la imagen internacional de Netanyahu.
La propuesta al Nobel ocurre tras años de presión por parte de Israel para que EE.UU. actuara contra el programa nuclear iraní. En respuesta, Trump ordenó ataques con misiles Tomahawk y bombas búnker a tres instalaciones clave del régimen iraní, una maniobra militar que podría redefinir el equilibrio en Medio Oriente.
El gesto de Netanyahu no solo enaltece a Trump, quien ha expresado abiertamente su ambición por el Nobel de la Paz, sino que también fortalece su alianza política. Trump ha presumido mediaciones de paz entre India y Pakistán, Congo y Ruanda, y ahora apunta a consolidar su legado con acciones directas en Medio Oriente.
“Viniendo de usted en particular, esto es muy significativo”, respondió Trump al recibir la carta. Sin embargo, la visita —la tercera en el año— no escapa a las sombras del conflicto con Hamás ni a la incertidumbre sobre si el expresidente presionará por una resolución pacífica duradera.