Este 15 de diciembre, el presidente estadounidense Donald Trump firmó una orden ejecutiva que define al fentanilo como “un arma de destrucción masiva”. La decisión se inscribe en el eje central de su política contra las drogas, reforzada desde su retorno a la Casa Blanca.
El anuncio fue realizado en Washington, donde el mandatario afirmó que la clasificación responde al impacto letal del fentanilo en la sociedad estadounidense. “Hoy doy un paso más para proteger a los estadounidenses del flagelo del fentanilo mortal”, expresó durante su intervención.
Las cifras oficiales respaldan la gravedad del problema. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), más de 250.000 personas fallecieron entre 2021 y 2023 por sobredosis vinculadas a opioides sintéticos, con el fentanilo como principal factor.
Trump enfatizó que el número real de víctimas podría ser aún mayor. Al comparar la crisis con un conflicto bélico, sostuvo que en los últimos cinco o seis años han muerto entre 200.000 y 300.000 personas al año, superando ampliamente otras estimaciones conocidas.
La firma de la orden fue anunciada durante un acto oficial en la Casa Blanca, organizado para reconocer a militares por su labor en la frontera con México. En ese contexto, el presidente afirmó que adversarios de Estados Unidos trafican fentanilo “porque quieren matar a estadounidenses”.
Como parte de su balance, Trump aseguró que en su segundo mandato se ha logrado una reducción del 50 % del fentanilo que cruza la frontera y afirmó que China mantiene una cooperación estrecha con Estados Unidos para reducir su envío.















