Desde su casa, la doctora Pardo recuerda cómo sus padres, inmigrantes judíos búlgaros, llegaron a México después de la Guerra y jamás imaginaron que una nieta suya sería presidenta. Reflexiona sobre los valores que marcaron el hogar: ciencia, pensamiento crítico, tradición familiar y una ideología progresista, todo sin rigideces religiosas ni dogmas.
Entre anécdotas entrañables, revela su costumbre de ver la Mañanera cada día para seguir el trabajo de su hija, a quien le manda mensajes de WhatsApp con comentarios sobre su salud, su discurso o simplemente para expresarle orgullo. “La veo poco, pero así la veo diario”, dice.
Con un tono entre la ternura y el asombro, reconoce que nunca imaginó tener una hija presidenta. “Muchas cosas tuvieron que acomodarse para que eso fuera posible”, afirma, recordando que en su juventud las mujeres ni siquiera podían votar.
La entrevista, más allá de lo político, ofrece un retrato humano y profundo de la madre detrás de la primera mujer presidenta de México.
Entre otros temas, la Doctora Pardo lanza una crítica mordaz a los noticiarios de derecha, a los que dice ha dejado de prestar atención porque sólo reproducen mentiras:
“¿Cómo pretenden llegar a una buena hipótesis si parten de una interpretación errónea de la realidad?”
La entrevista ya está disponible en plataformas de streaming y redes.