El anuncio del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, sobre un plan para deportar a millones de inmigrantes indocumentados podría desatar una crisis de mano de obra en sectores clave para la economía del país, advierten especialistas.
El plan incluye declarar una emergencia nacional y emplear al ejército para implementar lo que Trump ha llamado “la mayor operación de deportación en la historia de Estados Unidos”. Según su vicepresidente electo, JD Vance, las primeras deportaciones afectarían a un millón de personas, mientras el “zar de la frontera”, Tom Homan, aseguró que las medidas priorizarán a quienes sean considerados amenazas a la seguridad nacional, aunque sin especificar criterios.
De acuerdo con el Pew Research Center, los indocumentados representan cerca del 5 por ciento de la fuerza laboral estadounidense, concentrados en áreas como agricultura, construcción, servicio doméstico, hotelería y restaurantes. Las estimaciones sugieren que entre el 40 y el 50 por ciento de los trabajadores agrícolas son indocumentados.
Especialistas como Nan Wu, del Consejo Americano de Inmigración, han advertido que una deportación masiva agravaría la ya existente escasez de mano de obra en estas industrias. Según Wu, esto encarecería los costos de producción, retrasaría proyectos de construcción y generaría interrupciones en los servicios.
“El impacto se reflejaría en productos esenciales como alimentos y vivienda, que serían menos asequibles, lo que contribuiría al aumento de la inflación”, señaló Wu.
Aportaciones de los indocumentados
Los trabajadores indocumentados también son una parte importante de la economía como consumidores y contribuyentes. En 2022, el Instituto de Política Fiscal y Económica estimó que este grupo aportó cerca de 97 mil 700 millones de dólares en impuestos, incluyendo pagos por consumo, renta y propiedades. Aunque no tienen acceso a muchos de los servicios que financian, su contribución sostiene programas clave como la seguridad social.
Por otro lado, estudios del Instituto Peterson de Economía Internacional prevén que las deportaciones masivas podrían reducir el Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos en 1.2 por ciento para 2028, además de disminuir la generación de empleos.
La evidencia sugiere que los indocumentados no son competencia directa para los trabajadores con residencia legal, ya que suelen ocupar empleos más riesgosos y menos remunerados. “No es un juego de suma cero”, argumentó la investigadora Chloe East, del Hamilton Project del centro de estudios Brookings Institution.
Además de los efectos económicos, el plan de deportaciones amenaza con dividir familias. Personas protegidas por programas como DACA temen por el futuro de sus parientes indocumentados. Brenda, una joven dreamer, teme que su esposo y su madre puedan ser deportados, dejando a sus hijos, ciudadanos estadounidenses, sin uno de sus padres.
Mientras tanto, otros inmigrantes, como Gabriela, una boliviana que lleva más de dos décadas trabajando en el servicio doméstico, confían en que las medidas solo afectarán a quienes cometan delitos.
Un debate polarizante
El flujo migratorio reciente ha alcanzado cifras récord, con 2.5 millones de personas cruzando la frontera en 2022, según datos del Departamento de Seguridad Nacional. Aunque estas personas solicitan asilo y contribuyen a la economía mientras esperan una resolución de su estatus, el tema migratorio sigue siendo una de las divisiones más profundas en Estados Unidos.
La administración entrante deberá equilibrar sus promesas de campaña con las advertencias de expertos sobre las implicaciones económicas de las deportaciones masivas, una estrategia que podría impactar tanto a las familias migrantes como a la estabilidad del mercado laboral.