Eric Adams, alcalde de Nueva York, manifestó su disposición para trabajar con Tom Homan, quien asumirá como zar de la frontera en el gobierno de Donald Trump, con el fin de deportar a inmigrantes involucrados en actividades delictivas. Sin embargo, dejó claro que no apoyará medidas que afecten a quienes contribuyen de manera positiva a la sociedad y la economía.
Durante una reunión con medios, Adams afirmó: "Me encantaría sentarme con el zar de la frontera y escuchar sus ideas sobre cómo abordar a aquellos que están dañando a nuestros ciudadanos".
El mandatario subrayó su compromiso con la seguridad, alineándose con la postura de la gobernadora Kathy Hochul, quien ha abogado por una estrategia enfocada en inmigrantes que representen un peligro para la comunidad.
La administración de Donald Trump ha enfatizado una política migratoria estricta. Homan advirtió que, de ser necesario, se deportará a familias completas que no puedan justificar su estancia legal en Estados Unidos. El expresidente ha reiterado que considerará declarar emergencia nacional para emplear fuerzas armadas en arrestos y deportaciones masivas.
Adams se mostró crítico de esta estrategia, defendiendo a la mayoría de los inmigrantes como actores clave para la economía local. "Ellos buscan una vida mejor y contribuyen significativamente a nuestra nación", puntualizó.
Respuesta de organizaciones pro inmigrantes
Murad Awawdeh, presidente de la Coalición de Inmigración de Nueva York, rechazó las declaraciones de Adams y advirtió que todos los residentes del país, sin importar su estatus migratorio, tienen derechos garantizados por la Constitución. "El alcalde Adams se equivoca. Está copiando una página del manual de Trump, fomentando el miedo y difundiendo desinformación", sostuvo Awawdeh en un comunicado.
Awawdeh recordó que el debido proceso es un derecho inalienable que protege a las personas de deportaciones arbitrarias.
La administración de Adams ha enfrentado una crisis migratoria sin precedentes. Según datos oficiales, Nueva York ha gastado más de 6,000 millones de dólares en los últimos dos años para atender a cerca de 220,000 inmigrantes que han llegado a la ciudad.
El debate sobre cómo manejar la inmigración continúa generando tensiones entre las autoridades locales, el gobierno federal y las organizaciones defensoras de derechos humanos. Mientras Trump y Homan promueven políticas agresivas, figuras como Awawdeh instan a proteger los derechos fundamentales y el respeto por la dignidad humana.
