• Manifestantes acusan autoritarismo y militarización del gobierno
• Varios incidentes violentos marcaron una jornada mayoritariamente pacífica
Miles de voces retumbaron en las calles de Estados Unidos este sábado durante las manifestaciones “No Kings”, una movilización nacional que reunió a decenas de miles de personas. La consigna fue clara: reclamar el fin del autoritarismo, denunciar una política centrada en los intereses de los multimillonarios y rechazar la militarización de la democracia.
Karina Tsui, periodista de actualidad nacional, informó que más de 2,000 protestas se llevaron a cabo en todo el país, muchas de ellas previamente autorizadas y descritas como mayormente pacíficas por las autoridades. Sin embargo, en varias ciudades el tono cambió drásticamente.
En Salt Lake City, un tiroteo dejó tres personas detenidas, una de ellas en estado crítico. La policía señaló que, pese al incidente, la protesta de 10 mil asistentes fue pacífica en su desarrollo general.
Mientras tanto, en Minneapolis, una marcha fue cancelada tras un ataque contra dos legisladores estatales. En el vehículo del presunto agresor se hallaron volantes con la leyenda “No Kings”.
Los Ángeles vivió momentos de tensión cuando algunos manifestantes lanzaron objetos a la policía. La ciudad respondió con químicos irritantes y decretó toque de queda nocturno.
En Las Vegas, 15 manifestantes fueron arrestados por delitos graves y menores, aunque el resto de los actos se mantuvo sin mayores disturbios. En Seattle, la calma se rompió con una fogata y fuegos artificiales frente a un edificio federal.
En el sur, Portland fue escenario de un motín declarado por la policía, mientras en Austin se utilizaron gases lacrimógenos por una “amenaza creíble” contra legisladores locales.
Nueva York se convirtió en epicentro de participación: unas 50 mil personas tomaron las calles. En Filadelfia, Martin Luther King III recordó que “la marcha se trata de impulsar a la comunidad”.
Finalmente, en Chicago, miles marcharon hasta la Torre Trump, coreando con rabia: “Donald Trump tiene que irse”.
La jornada coincidió con el desfile militar de Trump en Washington, intensificando la carga simbólica del momento. Las manifestaciones también fueron respuesta directa a las recientes redadas del ICE en comunidades migrantes.
“No somos súbditos. No hay reyes aquí”, gritaban los carteles. Y el país lo escuchó.















