¿Camarillo vs Alito?

Se dice que no fue un acto aislado ni una decisión personal cargada de ideales, sino el desenlace de una guerra interna por dinero y poder.

La versión que ya corre es que se peleó con el líder nacional priista, Alejandro Moreno “Alito”.

Todo por dinero y porque no le autorizó la reelección en la presidencia estatal del PRI en Puebla.

Y es que supuestamente llegó otro grupo ofreciendo más a cambio de quedarse con el partido y por eso Alito lo chispó.

Molesto, Camarillo buscó refugio en otro lado y hacer una carambola de tres bandas.

Se dice que se ofreció directamente al senador de Morena, Adán Augusto López, para preparar el golpe final contra su propio partido.

En los hechos, la salida de Camarillo se ve como un acuerdo de alto nivel.

Claro, también hay la versión que Alito está en el entramado, para asegurarse así que no será desaforado y él mismo lo negoció con Adán, usando de peón a Camarillo.

¿A cuál le va?

Cualquiera que sea, el PRI pierde el espacio y se le cae la vicepresidencia del Senado, la que llegará al Partido Verde, que ya cuenta con más legisladores.

El poblano se fue con un discurso solemne, hablando de “Agenda Ciudadana” y agradeciendo a la militancia.

Pero la realidad es otra: abandona el barco que él mismo hundió.

Durante cinco años destruyó lo poco que quedaba del PRI en Puebla.

En 2018 gobernaban 78 municipios; hoy apenas 32.

En 2024 cayeron a la cuarta fuerza política con un magro 7.28% de votos.

Mientras presumía viajes a Nueva York, Bruselas o Harvard, las bases priistas se desangraban. Hoy el partido es un cascarón vacío, con comités cerrados y sin liderazgos jóvenes.

Ese es el verdadero legado de Néstor Camarillo.

Su salida, además, está marcada por la contradicción.

En 2023 criticaba con dureza a senadores como Osorio Chong por renunciar al PRI pero no al cargo.

“¿Qué esperan para separarse del cargo? ¡Qué conveniente esa dignidad selectiva!”, escribió en X.

Hoy, ese escupitajo se le regresó de lleno. Humberto Aguilar Coronado lo recordó con ironía: “Siempre hay un tuit…”.

¿A dónde va Camarillo?

En el aire circulan dos versiones: que Movimiento Ciudadano ya le abrió la puerta rumbo a 2027 e incluso 2030 o que seguirá bajo la sombra de Adán Augusto.

El verdadero punto es otro: si de verdad cree en la congruencia que tanto predicaba, debería renunciar también al Senado, cosa que no hará ni de casualidad.

Todo aunque ese escaño lo ocupa gracias al PRI, el mismo partido al que ahora escupe.

Este miércoles prometió en su cuenta de X, aclarar todo.

Pero, solo contará lo que le conviene.

Y lo que no, lo guardará bajo llave.

Tiempo al tiempo.