• 27 de Noviembre del 2025
Jorge Castillo Loyo

Jorge Castillo Loyo

En pleno proceso electoral que ha iniciado en el Sindicato de Burócratas, su líder Jhovani Oliver Gallo, anda repartiendo dinero a los agremiados.

La escena que define la llamada “Generación Z” en Puebla fue cuando la periodista Zvezda Ninel Castillo Romero, subdirectora de InfoQuórom, fue agredida por un grupo de manifestantes.

En un auditorio teñido totalmente de naranja, apareció un bloque compacto azul.

No hay que ser adivino, cada vez que Puebla amanece en calma, Nacho Mier se las ingenia para volver al reflector.

El primer año de Rosa Isela Sánchez al frente de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Puebla (CDH) dejó una mezcla de cifras alentadoras y desafíos que no pueden ignorarse.

Como lo avisé en pasadas entregas, nuevamente el sindicato Burócratas de Puebla se tambalea.

En escándalo Accendo huele peor de lo que parece, a podrido.

La ofensiva mediática de Ricardo Salinas Pliego a la 4T ha abierto un nuevo frente de batalla, esta vez en Puebla.

Los informes de gobierno son un espejo.

No siempre dicen lo que queremos ver.

En anterior entrega dije que las comparaciones son odiosas, pero hay que hacerlas.

En el reciente corte de cuentas municipales, ocurrieron dos escenas que merecen atención.

La primera en Acatlán de Osorio y la otra en San Pedro Cholula.

En ambas se rindieron informes muy distintos.

En Acatlán de Osorio, la presidenta municipal Guadalupe Bárcenas, presentó sus avances, cifras y logros.

Pero nadie le creyó.

Al lugar llegaron las protestas ciudadanas, intervenciones críticas, señalamientos públicos.

Parece que el gobierno local está entregando cuentas, sí, pero al mismo tiempo recibiendo facturas que no quería ver.

Incluso la regidora de Industria y Comercio, Maricruz Bello Nacer, se unió a la protesta donde ciudadanos expresaron su inconformidad con la administración.

Durante la protesta, los asistentes exigieron ser escuchados y visibilizar su inconformidad.

En contraste, en San Pedro Cholula, la escena fue distinta.

El municipio encabezado por Tonantzin Fernández dio su informe y aunque lo hizo en contexto de tensión política, todo salió muy bien.

Hay que recordar que grupos y exfuncionarios han intentado poner el pie al ayuntamiento cholulteca, como el exsíndico Iván Cuautle y la figura de Roxana Luna, cuya capacidad de influencia hoy aparece debilitada.

Pero el ayuntamiento logró mantener la narrativa y buen trabajo pese a los golpes.

Limpiando el agua turbia

En el escenario estatal se asoma un asunto aún más elemental: el agua.

Los responsables del Sistema Operador de Agua Potable y Alcantarillado de Puebla (SOAPAP) y de la empresa Agua de Puebla, Gustavo Gaytán Alcaraz y Jordi Bosch, respectivamente, han iniciado un ejercicio que el público esperaba hace tiempo: apertura y rendición de cuentas.

En contraste con la etapa anterior, marcada por la opacidad del exdirector Héctor Durán, que tanto daño hizo a la empresa, al menos en la forma se vislumbra un cambio.

Ahora, lo que comienza en transparencia debe continuar en hechos.

Se trabaja ya para que las redes de distribución funcionen, tarifas más razonables, servicios que dejen de estar colapsados.

Si la comparecencia fue la puerta, la prueba será lo que venga después.

Al menos ya se ha iniciado y se nota el cambio.

Tiempo al tiempo.

En San Miguel Xoxtla el agua escasea, pero sobran los intereses.
En tanto, el Cabildo aprobó la construcción de un nuevo pozo exclusivo para sus habitantes.
Una obra respaldada por el Gobierno del estado, con inversión de más de 16 millones de pesos, que promete garantizar agua limpia y suficiente para cientos de familias.
Hasta ahí, todo debería fluir con normalidad.
Pero no.

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