• 16 de Mayo del 2024

La Puebla ‘misógina’ que repudia a Claudia Rivera

Claudia Rivera Vivanco / Facebook

Desde la visión de la presidenta municipal de Puebla capital, Claudia Rivera Vivanco, la ciudad es una cueva de misóginos, de hombres y mujeres (7 de cada 10) que, por su condición de mujer, la rechazan como gobernante.

Ella no ve críticas, desaprobación, desilusión y arrepentimiento en quienes le dieron su voto, y que en ninguna circunstancia lo volverían a hacer, sino que mira solamente “violencia de género”.

La militante morenista, a quien las cifras le espetan en la cara su notable incapacidad para gobernar, se refugia una y otra vez en el tema del género, para esconder que no tiene ni un atisbo de autocrítica.

La miel de las lenguas que le perfuman las palaras cada mañana en su equipo cercano la alejan de la realidad.

Claudia es intelectualmente deshonesta, cuando busca el blindaje a sus yerros en la “violencia de género”.

Es decir, si alguien la critica, lo hace porque es mujer, no porque es una persona que mal gobierna la capital del estado.

Pisotea Claudia la genuina y legítima lucha feminista de tantos años que en este y todos los países del mundo ha costado sangre y vidas.

“Sí, experimento diversas formas de violencia; no soy la única, espero que después de mí sigan en estos cargos más mujeres, más ciudadanas y mi deseo es trabajar para que no padezcan lo mismo”, dijo el pasado 25 de junio, en una conferencia virtual.

“Han sido muchos actores políticos y sociales que siguen virtiendo (sic) una descarga de violencia sistemática no sólo con quien preside el gobierno municipal, sino con otras mujeres. Esta situación es una tarea de todas, por eso nos hemos concentrado en hacerlas visibles”.

La defensa de las mujeres es una tarea de enorme urgencia, nobleza y está inacabada. La violencia misógina, política, social y humana, es centenaria y repudiable, tanto como usarla como escudo.

La más reciente encuesta de C&E Reserch describe que 71 por ciento de los habitantes -mujeres y hombres- de Puebla capital están a favor de que renuncie a su cargo, en el hipotético caso de que se diera una consulta de revocación de mandato.

Por supuesto, los cargos de elección popular no son renunciables, por lo que la pregunta está mal planteada, pero existen las licencias decorosas.

En el mismo estudio, que se dio a conocer a principio de junio de este 2020, se establece que 67 por ciento de los ciudadanos -mujeres y hombres- que gobierna Claudia desaprueba su gestión.

En mayo de este 2020, la empresa Masive Caller publicó un sondeo en el que se midió su posibilidad electoral, pues las reglas electorales la amparan para buscar legalmente la elección consecutiva, por un periodo más.

El análisis dio como resultado que solamente 12.2 por ciento de las personas que fueron consultadas en la capital la respaldaría.

Ahí le va peor, pues en este caso 9 de cada 10 la repudiaría en las urnas.

La medición la ubica como la sexta alcaldesa de México con la más baja intención del voto de entre las 102 ciudades más importantes.

En enero pasado, la empresa Consulta Mitofsky la colocó entre los cinco peores alcaldes del país, que fueron evaluados; 76.5 por ciento fue su nivel de desaprobación.

Y así y así.

El resultado no es gratuito y seguramente no es tan gravemente mala como la pintan, alguna bondad ha de tener, aunque no sea visible.

Pero la percepción de los ciudadanos es feroz.

La seguridad nos muestra números muy claros. Los habitantes del municipio de Puebla se sentían inermes ante la delincuencia en el pasado reciente, con 9 de cada 10 poblanos con el sentimiento de inseguridad.

No ha sido sino hasta que el gobierno estatal tomó las riendas de la seguridad en la capital poblana, que esa percepción comenzó a cambiar ligeramente.

Las cifras, más allá de solamente la percepción, en general han mejorado, con leves fluctuaciones entre abril y mayo, de acuerdo con el parte que ofreció el titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Luis Cresencio Sandoval González, el pasado 17 de junio en la mañanera presidencial, que se ofreció desde Puebla.

De acuerdo con lo que las citas del General Secretario a los números del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNESNSP), hay una disminución sostenida de 23.25 por ciento en general en la incidencia delictiva en el estado de Puebla, de enero a mayo de este 2020, con rubros como el secuestro y robo a transportistas, incluso con disminuciones de más de 88 y 66 por ciento, respectivamente.

Todo, desde que las fuerzas estatales se hacen cargo también de la seguridad pública en Puebla capital, que concentra todavía 26.2 por ciento de la incidencia delictiva.

Sin embargo, dejemos de lado los datos duros y atendamos la visión de Claudia Rivera: no es inseguridad, no es su incapacidad manifiesta para gobernar, no es su insensible ausencia de autocrítica, no es su feminismo de pancarta, como describe sobre casos similares el genial Joaquín Ramón Martínez Sabina.

Lo que sufre Claudia es misoginia imaginaria. Aunque la ve ella masiva, irracional y perversa.

Es, desde sus ojos, una Puebla profundamente anquilosada, conservadora y retrógrada, la que la descalifica contundentemente.

Sin embargo, también se trata de una Puebla que, por cierto, no ha criticado tan severamente a otras mujeres, quienes sí han demostrado capacidad para ocupar cargos públicos. Nomás para la referencia.

No es ella la que falla, somos nosotros, esos hombres y esas mujeres, esos perversos y perversas misóginos y misóginas.

 

Twitter: @Alvaro_Rmz_V

 

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Periodista con 25 años de experiencia en medios de la Ciudad de México y Puebla, principalmente.