Ciudad Serdán, Puebla.— Lo que parecía una visita rutinaria a los juzgados terminó en captura. La Fiscalía General del Estado de Puebla (FGE) detuvo este jueves 29 de mayo a Ramiro González Vieyra, expresidente municipal con licencia de San Nicolás Buenos Aires, justo cuando salía de la Casa de Justicia.
Ramiro fue arrestado por su presunta responsabilidad en delitos contra la salud, particularmente en la comercialización de estupefacientes. Una acusación seria, que lo coloca en el ojo del huracán junto con sus hermanos Giovanni y Eruviel, también detenidos previamente y vinculados con cargos similares.
La historia tiene tintes casi novelescos. Hace unos meses, cuando las autoridades realizaron cateos en sus propiedades, la población —según versiones locales— lo ayudó a evadir a las fuerzas del orden. Esta vez, la estrategia no funcionó.
A pesar de que contaba con un amparo y de que sus abogados presentaron un justificante médico el 28 de mayo para evitar su comparecencia, el cerco judicial se mantuvo. Y fue solo cuestión de tiempo para que se ejecutara la orden.
La titular de la FGE, Idamis Pastor Bentancourt, confirmó los hechos en conferencia, mientras que la SSP estatal, a cargo del vicealmirante Francisco Sánchez González, informó que se desplegó un discreto operativo para su captura.
Ramiro González ahora enfrenta un proceso penal que podría tener consecuencias políticas y judiciales de largo alcance en la región. Este caso pone el foco nuevamente en las redes de poder local y en cómo, a veces, los cargos públicos pueden esconder realidades mucho más oscuras.