Fernández Parra, tercera generación de productores, explicó que la elaboración de la sidra inicia desde la recolección de manzanas cultivadas en las faldas de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl, una zona privilegiada por su clima frío, la altitud y la riqueza del suelo, factores que permiten obtener una manzana de alta calidad. La ceniza volcánica y el deshielo contribuyen de manera natural a la fertilidad de los campos, lo que se refleja en el sabor del producto final.
En entrevista para SICOM Noticias, el productor subrayó que Huejotzingo cuenta con la Indicación Geográfica Protegida, otorgada por el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, tras un trabajo de seis años realizado por los productores de la región. Este reconocimiento avala la historia sidrera del municipio, que se remonta al siglo XVI con la llegada de los franciscanos, y posiciona a Huejotzingo como el principal productor de sidra del país, al concentrar entre el 75 y 80 por ciento de la producción nacional.
En el marco de la Feria de la Sidra, que se realiza del mes de noviembre hasta el 31 de diciembre, los visitantes pueden encontrar una amplia variedad de productos, desde la sidra tradicional de manzana fermentada hasta nuevas propuestas con sabores como durazno, blueberry y tejocote. Además, se ofrecen productos regionales como conservas dulces, vinagres, cremas, licores y frutas frescas directamente del campo.
Como parte del impulso al turismo y a la economía local, los productores mantienen abiertas las puertas de sus fábricas, donde realizan recorridos guiados para mostrar todo el proceso de elaboración, desde la molienda de la manzana hasta el embotellado, e incluso visitas a los huertos de donde proviene la materia prima.
Finalmente, José Manuel Fernández Parra hizo un llamado a consumir la sidra de Huejotzingo durante todo el año y no solo en temporada decembrina, al destacar que se trata de una bebida versátil, ideal para acompañar distintos alimentos y para convivencias familiares y sociales, reafirmando así el compromiso de los productores por mantener viva la tradición mientras innovan con nuevos sabores y propuestas.
