Mostrando artículos por etiqueta: El Cuento
Sin nombre
Don’t stop the party
¡No me diga! ¿Cómo cree? Le juro que estaba en amarillo. Es el de en medio, ¿no? Bueno, pues lo vi clarito, en serio. Sí señor oficial, sí.
Diálogos del confinamiento
La Indestructible Ucrania y el Antimateria
Apenas daban las nueve. Subió la persiana de la sala y supo que alguien había remojado las nubes en la cubeta del trapeador. El cielo estaba como alma de poeta maldito, pero en el edificio de enfrente la vecina se había puesto a planchar en pelotas junto a la ventana. La vida en el encierro se había reducido a las advertencias del Netflix: desnudos, lenguaje inapropiado y consumo de tabaco y alcohol.
Nada más no fumes ni te drogues mientras hacemos el amor
Dos maldiciones
Senovia Expósito se arremangó la falda para airearse y profirió dos maldiciones al hilo antes de azotar la puerta. Era un jueves de agosto embadurnado de hastío. Juan Froilán la miró estupefacto. Nunca la había escuchado articular vocablos tan altisonantes y groseros, ni siquiera cuando estuvo a punto de morir arrollada por el camión escolar que había perdido la ruta.
El cazador de renacuajos
A Santiago Lezama, siempre.
“Más vale aquí corrió, que aquí quedó” ─soltó el abuelo Venustiano, lanzando un desagradable proyectil de secreción mucosa sobre mi jersey favorito.
Los días más extraños
Pasión y muerte de Atenógenes Rueda
Atenógenes Rueda se enjugó el sudor de la frente antes de ocultar el arma homicida en un cajón del antiguo secreter de su mujer. Era innegable que el compartimiento había dejado de ser un escondite seguro, pues desde tiempos inmemoriales casi todos los habitantes de la hacienda ─incluidos los que formaban parte del servicio─ utilizaban la guarida con muy diversos y disparejos propósitos.