“Ven auto y quieren aventón”, reza –palabras más, palabras menos- un dicho popular. No sólo usan esta herramienta política para obtener réditos económicos y políticos, también para imponer su santa voluntad, dizque en beneficio de sus agremiados. Nada más alejado de la realidad. Sí, a quienes pagan las cuotas sindicales les dan el 30 o 40 por ciento de lo que obtienen, los dirigentes (que son los menos) se llevan una tajada mayor. Pero, además, la forma en que opera es parte de su origen: La CNTE nació en 1979, en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, como respuesta al descontento con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). Su creación se impulsó por la necesidad de luchar contra el control corporativo, que en ese entonces estaba ligado al gobierno y al PRI, partido que, dicho sea de paso, pervirtió todo, al corporativizar la lucha sindical. Pero de eso, de pelear por los derechos laborales a tomar calles, hacer plantones, intentar tomar vías del tren, hay un largo trecho. Porque entonces no quieren negociar, quieren imponer una agenda que sólo conviene a las cúpulas. Y en eso están curtidos y se saben todas las formas, habidas y por haber, del chantaje. Ahora, en víspera de la elección judicial, quieren acorralar a la presidenta Claudia Sheinbaum. Pero si no entienden que la mandataria se enfrentó a un maloso como Donald Trump, pues no va a ceder ante las extorsiones de un grupúsculo que representa a 100 mil maestros, aproximadamente, a diferencia de los 1.4 millones que agremia la SNTE.
Es cuanto.
Pelea judicial por los aranceles
Estados Unidos tiene más problemas de los que puede afrontar. Mientras China se expande y muestra su músculo, al derrumbar 4 décadas de propaganda occidental y enseñar de lo que es capaz, la Unión Americana vive su propia circunstancia interna. Veamos. El miércoles se anunció que el Tribunal de Comercio declaró ilegales la mayoría de los aranceles que aplicó el presidente Donald John Trump. Luego, el jueves, en un ardid legaloide, el gobierno apeló la decisión, y mientras esperan la determinación final, las tarifas seguirán aplicándose. Peeero, en caso de perder, Estados Unidos tendrá que devolver la friolera de 10 mil millones de dólares de impuestos adicionales a los países a los que se cobró, literal “a lo chino”. Esta guerra inútil, que sólo hinchó los bolsillos de sus cuates multimillonarios, deja un mundo dividido, cadenas de suministro rotas, inflación, dólar débil, venta masiva de bonos y títulos de deuda… Trump sólo está acelerando la conformación de un mundo multipolar. Estados Unidos por un lado, solo; Europa por otro, Rusia y China (con los BRICS) en otro lado, y América Latina abriendo las puertas a quien quiera venir a invertir, menos a los gringos. México, como maldición, nos tocó estar pegados al vecino tóxico.
Es cuanto.
