Nunca antes había pasado con la contundencia que se hizo este jueves 2 de octubre de 2025.
El silencio gubernamental, en casi todos los casos del pasado, acompañaba la conmemoración, porque ese terrible pasaje de la historia mexicana involucra a un personaje que la historiografía ubica como poblano: el impresentable Gustavo Díaz Ordaz, quien era presidente de la República en aquella época.

Díaz Ordaz fue también gobernador de Puebla y por esa razón el silencio institucional era tan cómplice y tan significativo en esta fecha.

Las cosas han cambiado.

Hoy, sin temor a las palabras, desde el Gobierno del Estado de Puebla, que encabeza Alejandro Armenta, y quien pertenece a la Cuarta Transformación, se condenó la masacre de Tlatelolco.

Este jueves se cumplieron 57 años del pasaje más oscuro del régimen anterior, que desplegó su mayor beligerancia y soberbia y asesinó —no hay que temer a las palabras— a cientos de estudiantes y reprimió un movimiento estudiantil, social y obrero que pretendía acelerar los indispensables cambios de un México que tenía urgencia de justicia social y de humanismo.

Las armas criminales del gobierno de ese entonces masacraron en la Plaza de las Tres Culturas a cientos de estudiantes.

Las cifras varían, desde las oficiales que reportaron apenas unas decenas, a las reales que sitúan en cientos a los caídos.

El 3 de octubre de 2024, en el primer acto después de su investidura, la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum, emitió un decreto de disculpa del Estado para las víctimas de la represión estudiantil de 1968.

Se trata de un crimen de lesa humanidad que no puede volver a ocurrir.

En una entrevista que ofreció a Exilio “periodismo binacional”, la hoy presidenta, en 2023, cuando recién había dejado la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México para iniciar su camino a Palacio Nacional, se refirió a este penoso episodio que no se debe olvidar.

En 1968 el movimiento se trató de la búsqueda de justicia social.

Ahora, dijo la presidenta en esa entrevista, cuando gobernaba Andrés Manuel López Obrador, estamos en una nueva era de democracia, de respeto y de justicia histórica a esos estudiantes que luchaban por las libertades.

Y, hay que decirlo y recordarlo, la hoy Presidenta Claudia Sheinbaum fue, en su momento, como estudiante y como docente, líder de movimientos estudiantiles que protegieron la gratuidad de la educación.

Los tiempos son otros.

Y 2 de octubre no se olvida.