Con 63 votos a favor y 36 en contra, el Senado de la República aprobó este 24 de junio de 2025 la Ley Nacional para Eliminar Trámites Burocráticos, una reforma que cambia radicalmente la forma en la que los mexicanos acceden a los servicios públicos. El punto central: la CURP biométrica, que integrará huellas digitales y reconocimiento facial para agilizar gestiones a través de la plataforma Llave MX.
El proyecto fue respaldado principalmente por Morena y sus aliados, quienes argumentan que esta medida permitirá decirle adiós a las filas, los intermediarios y las mordidas. La senadora Martina Kantun fue clara: “La ciudadanía exige soluciones digitales que eviten filas e intermediarios”, mientras que su compañero Emmanuel Reyes calificó el sistema como un “facilitador del desarrollo económico” (unotv.com).
Pero el camino no estuvo libre de polémica. La oposición, conformada por PAN, PRI y MC, denunció que esta modernización podría abrir la puerta a un control excesivo del Estado. La senadora Carolina Viggiano (PRI) advirtió que se busca “una concentración de los datos de todos”, mientras que Laura Esquivel (PAN) tachó la propuesta de “simulación autoritaria” y alertó sobre la falta de protección a los datos personales. Incluso, Alejandra Barrales (MC) señaló que “aunque se busca la digitalización, se insertan medidas riesgosas para los mexicanos”.
Aprobada en comisiones con votaciones cerradas —9‑4 en Gobernación, 9‑6 en Economía y 12‑3 en Estudios Legislativos— la ley queda ahora en manos de la Agencia de Transformación Digital, responsable de implementar el nuevo sistema y monitorear su eficacia.