El exgobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle Rosas, compareció formalmente ante la justicia en 2017 tras ser acusado de operar el software de espionaje Pegasus para vigilar a periodistas, empresarios y políticos opositores durante su administración. Aunque el caso fue cerrado sin consecuencias legales, el tema salió a flote, luego de que el diario israelí The Marker revelara que los exsocios de la empresa creadora de Pegasus, Uri Emmanuel Ansbacher y Avishai Samuel Neriah, enfrentan un litigio por sobornos pagados en México para la venta y operación del software espía.
El sistema Pegasus fue adquirido por dependencias como la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la Procuraduría General de la República (PGR) y el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), el órgano de inteligencia del antiguo régimen priista —el mismo, habría sido el utilizado en Puebla en el periodo morenovallista—. Este soborno, según las declaraciones filtradas, fue entregado durante el gobierno del expresidente Enrique Peña Nieto.
La historia de espionaje político vuelve a poner en el centro de la polémica a actores clave del sexenio anterior y de gobiernos estatales como el de Puebla. El periodista Alejandro Mondragón, en su columna Al Portador, recordó que la denuncia por espionaje fue presentada en 2017, cuando el entonces senador Miguel Barbosa Huerta acusó públicamente a Moreno Valle de haber adquirido y operado Pegasus en Puebla. La denuncia fue frenada por el entonces procurador General de la República, Alberto Elías Beltrán, presuntamente para proteger al mandatario estatal, con quien tenía una cercana relación política.
De acuerdo con documentos judiciales, Moreno Valle acudió personalmente a las instalaciones de la Procuraduría el 14 de noviembre de 2017, acompañado de sus abogados, para rendir declaración. Negó categóricamente cualquier vínculo con operaciones de espionaje, pero múltiples testimonios apuntaron a que su gobierno sí utilizó Pegasus de forma sistemática contra sus opositores.
El 9 de octubre de 2022, en el marco de la Feria Internacional del Libro del Zócalo, el entonces vocero presidencial Jesús Ramírez Cuevas lanzó una declaración contundente: confirmó públicamente que Moreno Valle compró Pegasus y lo utilizó contra opositores políticos, como también lo hizo el gobierno del expresidente Enrique Peña Nieto.
“¿Sabían que hay particulares que tienen Pegasus? ¿Sabían que la empresa le vendió al exgobernador Moreno Valle la licencia para vigilar a opositores de izquierda?”, cuestionó Ramírez Cuevas, visiblemente molesto por el silencio mediático que, según él, ha rodeado el caso en medios internacionales como The New York Times o El País.
Moreno Valle, fallecido el 24 de diciembre de 2018, no operó solo. Hoy se sabe que utilizó dinero público para adquirir y manejar el software de vigilancia, y que su administración actuó como una red de delincuencia organizada. Algunas de sus víctimas fueron expuestas mediante grabaciones ilegales, mientras que otras habrían sido objeto de chantaje, manipulación o silenciamiento, según testimonios recogidos en investigaciones periodísticas.
Un hecho poco conocido es que, según denuncias presentadas por legisladores de Morena en 2017, incluso Peña Nieto habría sido espiado por el propio Moreno Valle, en un juego de poder y traiciones al interior del PRI.
Pese a las múltiples denuncias, ni la compra de Pegasus ni su uso indebido han sido sancionados en tribunales mexicanos.