Lapuente deja un legado imborrable en el balompié nacional. A lo largo de su carrera como entrenador, dirigió a clubes como Puebla, Necaxa y América, con los que conquistó cinco títulos de Liga MX, además de sumar trofeos de Copa, Campeón de Campeones y Concachampions, consolidándose como uno de los técnicos más exitosos del país.
Nacido en Puebla en 1944, Manuel Lapuente fue futbolista antes de convertirse en estratega. Como jugador, defendió los colores del Necaxa y el Puebla durante las décadas de 1960 y 1970, destacando por su entrega y visión dentro del campo. Sin embargo, fue en los banquillos donde alcanzó su máximo reconocimiento, desarrollando una filosofía de trabajo basada en la disciplina, la táctica y el orden defensivo, características que marcaron a varias generaciones de futbolistas.
Con la Selección Mexicana, Lapuente vivió momentos memorables, siendo su etapa más recordada la del Mundial de Francia 1998, donde el Tricolor ofreció una actuación destacada y fue eliminado en octavos de final ante Alemania, tras firmar una fase de grupos sobresaliente. También condujo al combinado nacional a la conquista de la Copa Confederaciones de 1999, obtenida en el Estadio Azteca frente a Brasil, uno de los títulos más significativos en la historia del futbol mexicano.
Además de su éxito en los clubes y con la Selección, Lapuente fue reconocido por su capacidad para formar equipos competitivos y por su liderazgo dentro del vestidor. Figuras como Cuauhtémoc Blanco, Luis Hernández, Alberto García Aspe y Ricardo Peláez lo han señalado en distintas ocasiones como una influencia determinante en sus carreras.
Su legado trasciende los títulos: fue un referente del profesionalismo y de la búsqueda constante de la excelencia. En sus últimos años, se mantuvo cercano al futbol como analista y consejero, compartiendo su experiencia y visión del juego.















