Armenta destacó que esta obra es “trascendente” para el desarrollo regional, y subrayó las dificultades actuales para trasladarse a la Ciudad de México por autopista. Señaló que el tren será una alternativa moderna, rápida y segura para los ciudadanos, al tiempo que reducirá la saturación en la autopista México–Puebla.
El proyecto contempla una inversión superior a 100 mil millones de pesos y usará las vías férreas existentes, evitando nuevos trazos invasivos. Se espera que la construcción inicie en 2026 y que entre en operación hacia 2028, generando más de 10 mil empleos directos e indirectos.
La ruta, de entre 560 y 680 kilómetros, tendrá un sistema mixto para carga y pasajeros y hasta 11 estaciones, incluyendo puntos estratégicos como el AIFA, Puebla capital, Córdoba y Veracruz.
Además del tren, el gobernador adelantó que habrá ampliaciones en la carretera federal Puebla-México, particularmente en la zona de Río Frío, como parte de un paquete más amplio de infraestructura acordado con el secretario federal de Infraestructura, Jesús Antonio Esteva Medina.
Este ambicioso plan forma parte de una política nacional que prioriza el desarrollo ferroviario. Desde diciembre de 2023, un decreto federal declaró prioritario el servicio de trenes de pasajeros, estableciendo que las empresas concesionarias de carga podrán operar los nuevos servicios de pasajeros sobre sus propias vías.
Con este anuncio, el gobierno federal busca fortalecer la conectividad regional, impulsar el desarrollo económico y ofrecer soluciones sostenibles de transporte para millones de mexicanos.