Con una larga trayectoria en instituciones públicas y privadas, licenciada en Psicología y doctora en Sociología, Herrera enfatiza que el abuso sexual infantil no siempre implica contacto físico. “Puede manifestarse a través de caricias, pero también por medio de palabras, imágenes o comportamientos que invaden la intimidad del menor con una intención sexual”, explicó.
En entrevista para SICOM Noticias, la doctora recordó que los niños y niñas no siempre pueden verbalizar lo que les ocurre, por lo que es esencial observar señales indirectas como alteraciones en el sueño, cambios de humor, miedos inexplicables o actitudes evasivas hacia ciertas personas o lugares.
“Muchas veces, el abuso no proviene de un desconocido, sino de personas del entorno inmediato: familiares, maestros, entrenadores, médicos… gente en quien confiamos”, alertó.
También resaltó que el daño no es sólo físico, sino emocional, afectando gravemente la autoestima y el desarrollo emocional de las víctimas. “Las y los niños, al no entender lo que sucede, muchas veces se culpan a sí mismos. Cuando encima no les creemos, los dejamos doblemente desprotegidos”, sostuvo.
Ante la cercanía de la jornada nacional, Herrera propuso construir “redes de protección comunitaria”, comenzando por visibilizar el problema y hablarlo abiertamente, tanto en los hogares como en escuelas, medios y espacios comunitarios.
“La prevención empieza al reconocer que el abuso sí sucede, que es más común de lo que creemos. A partir de ahí, debemos generar entornos seguros, transparentes, con adultos conscientes, capacitados y atentos a cualquier señal de alerta”, expresó.
También destacó la importancia de escuchar y creer a los menores. “Cuando un niño o niña nos dice que no quiere ir a cierto lugar o ver a cierta persona, debemos prestar atención. Ese tipo de miedo es un foco rojo que no puede ignorarse”, recalcó.
La Jornada Nacional de Prevención del Abuso Sexual Infantil se llevará a cabo el 8 de septiembre, y busca precisamente generar conciencia sobre este problema, capacitar a quienes están en contacto con menores y promover un entorno protector desde la familia hasta la escuela.