• 23 de Agosto del 2025

Los 2,191 días de Claudia Sheinbaum (El comienzo)

Fiesta nacional, algarabía. El gran momento de la felicidad ha llegado, Claudia desborda expresiones de júbilo, satisfacción: es la primera presidenta de México. La Jefa habla: “Gobernaré para todos…” (para todas, todos y todes, hay que aclarar). “…sin odios, por un país próspero”. Así comienza, con  una sonrisa  que avasalló al pueblo, la puebla y el pueble. Todos caben en el imaginario de Claudia.

Las campanadas del triunfo sonaron fuerte en San Lázaro. A las 11:30 de la mañana del lunes 1 de octubre: comienza la aventura de un sexenio. Ifigenia Martínez gana simpatías, pasa la banda presidencial (tan codiciada). Claudia promete, sonríe, le da a la Mujer un lugar en la historia de México, habla de las “heroínas anónimas” y se ha rodeado de mujeres en el gabinete: Rosa Icela, Alicia Bárcena, Ernestina Godoy, Cutlali Hernández Mora, y demás camaradas que suman doce. “Es tiempo de mujeres”, afirma Claudia.  ¿Incluyó a Norma Piña?

A lo lejos las madres buscadoras ven a distancia el boato, escuchan el coro a pecho abierto del Himno  Nacional, ven el brazo en alto de Noroña y el símbolo de amor y paz (?), el beso de Andrés Manuel a Claudia, las selfies,  Cuauhtémoc llega,  su joroba lo distingue, sonríe y se lleva el recuerdito. El del copete llega tarde, lástima señor Mayer.

En las tribus digitales no alcanza el aliento para tanta esperanza.  Los  estertores se vierten  en los vivas y el reconocimiento a Claudia. X se enciende, no caben los hashtags, los retuits, los buenos dedos, los insultos y la lambisconería. Los claudistas  invaden el ciber espacio.  Marcelo en Tik Tok,  en reconciliación total, despide a Andrés Manuel en su video  “Hasta siempre amigo”.

El Zócalo aglomera la exaltación de emociones, corazones al unísono que desgarran las entrañas.  Son cien  promesas, no es para menos. Epigmenio enfoca, mueve los lentes, se transforma en obrero de la cinematografía y su cámara sigue los inicios de la primera presidenta de México.

En el zócalo el cielo es gris pero no por mal presagio sino por los huracanes y tormentas que azotan al país, pero refresca los ánimos.  Mientras,  Acapulco se inunda, se ahoga, se enfada y se aguanta.

Sheinbaum llega al puerto, a la zona de daño, buen comienzo. Brugada toma protesta el sábado 5 de octubre y anuncia la pensión para los hombres  adultos mayores y también, también ese día fallece Ifigenia Martínez. Condolencias.

Hasta el día de hoy  7 de de octubre en que se escribe esta columna quedan por gobernar 2184 días del sexenio. Suficientes (?)  para gobernar, para el segundo piso, saldar deudas pendientes, disminuir la criminalidad, y cien promesas por cumplir.

En la primera semana de mandato Acapulco inundado, adiós a Ifigenia, Culiacán  en llamas,  la disculpa pública al dos de octubre y Rafael Inclán que rectifica: “Se la admira y se le respeta, presidenta”.

Claudia levanta la voz, así  lo dijo y lo replicó en su cuenta de X:

“A partir de hoy, por voluntad del pueblo de México, soy la Presidenta Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. Gobernaré para todas y para todos, tengan la certeza de que pondré mi conocimiento, fuerza, historia y mi vida al servicio del pueblo y de la patria.” Así sea.