Si su guardia pretoriana le informa bien, el presidente Donald Trump se dará cuenta que este Corredor es una solución más que viable al conflicto que tiene por el Canal de Panamá. Es una conexión importante para llevar mercancías de un punto del mundo al otro, conecta el Atlántico con el Pacífico de forma rápida, eficiente, barata y, por supuesto, sin tanta maniobra, o estar a expensas del clima, o como en el corredor centroamericano: padece de sequía. Por lo pronto, el viernes pasado llegó un buque con 600 autos Hyundai para llevarse a la Unión Americana, se tardaron no menos de dos días en llegar. También, por temas geopolíticos, podría ser una opción para relevar al famoso Canal de Suez, debido a que los yemeníes atacan flotillas gringas, israelíes, británicas y todo lo que huela a Occidente. Sí, aunque lo ideal sería que pasara cualquier tipo de mercancías, de cualquier país, nuestra cercanía con los estadounidenses hace que sean los mayores beneficiados de este corredor. A ver si Trump, su corte de aduladores y los magnates a los que sirven, perciban que ni todos son sus enemigos y que, en un mundo cada vez más dividido, la unión con su socio comercial más cercano (los canadienses ya les hicieron el fuchi, pues sus intereses están más cercanas a la corona británica) resulta estratégico. Ni el aislacionismo, ni el proteccionismo han beneficiado a nadie, en la historia. Vean a Constantinopla.
Es cuanto.
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— Corredor Interoceánico (@CIIT_mx) March 11, 2025