No. Su peso y fuerza ya nadie lo puede negar, pues se trata de la reconfiguración del poder político, financiero, militar, comercial y de relaciones entre las naciones. Tuvo un origen en la propaganda y la narrativa de Estados Unidos. Quién no recuerda —sobre todo las y los vintage, o la generación X—, que en las películas de Rambo o de guerra, o de mafiosos, los villanos eran rusos. O chinos. Tras la caída del Muro de Berlín y la desaparición de la URSS, Rusia fue, como dicen las nuevas generaciones, “peluseada”. Por eso, en esta vorágine, China le abrió los brazos y comenzaron una relación exitosa, en la que hay respeto por tener orígenes milenarios. ¿Por qué llegó la India? Simple: Estados Unidos aplicó su polémica política arancelaria, como si se tratara de un enemigo, entonces guardó en el cajón de asuntos futuros las peleas fronterizas con el país del dragón y se sentaron sus líderes a platicar. La anexión de Corea del Norte es, también, interesante. Si escuchamos las narrativas de las derechas, todas son “dictaduras” (lo dicen quienes mantienen a monarquías, touché!) que no respetan los “derechos humanos”, en sus naciones “no hay libertades”, como si en la Unión Americana o Europa fueran así de respetuosos con quien piensa diferente. ¿Un ejemplo? Ondeé una bandera de Palestina en Nueva York, Texas o Florida, y vea lo que pasa: mínimo, una madrina, o cárcel. Pero es la libertad versión Estados Unidos. En la reunión de la Organización de Cooperación de Shanghái, se reconfiguró el poder, para pasar de una hegemonía gringa a una repartición del mundo. El Nuevo Orden Mundial, que no es teoría de la conspiración, está en ciernes. Estados Unidos ya no es la potencia, está en una crisis económica brutal (con una deuda impagable), una sociedad enferma que vive momentos aciagos y lo único que tiene es poderío militar. Por eso el despliegue chino en la conmemoración del 80 aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial en el Pacífico, es la muestra de que tiene con qué y está mejor armada, y sus socios (Rusia, India, Corea del Norte e Irán) tendrán su respaldo. Mientras, Occidente cuenta con miles de bases en todo el globo, pero con un arsenal viejo y, podemos decir, obsoleto; con tropas cansadas de tanto guerrear, y sobre todo, que su ciudadanía ya no está en la disposición de mantener conflictos abiertos, pues les cuesta (vía impuestos) un dineral que debía destinarse a salud, educación, infraestructura y en mejorar la calidad de vida. En cambio, se destina a armar a supuestos socios. Siguen sin ver ¿El resultado? Un país enfermo, dividido y adicto. En China, por ejemplo, el nivel de vida es ostentoso, donde cada vez hay menos pobres y con acceso a prácticamente todo lo que al Estado le concierne. Estamos viendo, en tiempo real, la debacle de Occidente y el surgimiento de tres potencias globales que cambian el escenario geopolítico. Y es muy interesante.
Es cuanto.
¿Porqué conmemoramos la victoria del pueblo chino contra la agresión japonesa en la Segunda Guerra Mundial?
— Embajada de China en Colombia (@china_embajada) September 3, 2025
Porque más de 35 millones de bajas militares y civiles chinos lucharon por la patria y la comunidad internacional.
La fuerza CHINA para salvaguardar la paz MUNDIAL.🇨🇳 pic.twitter.com/F91VDKxIYs