Este personaje puso al servicio de los intereses de la élite estadounidense, no del gobierno ni de la población, a los 32 países que conforman la alianza. Con el compromiso de incrementar el gasto militar de la OTAN, al 5% del PIB de cada nación, Trump no sólo tiene a la base militar más grande del mundo, sino a soldados, tecnología, municiones y demás artilugios de guerra a su servicio. A pesar de la advertencia de legisladores progresistas, que los países miembros no firmaran, que no se sometieran a un criminal como el magnate gringo, puede más el deseo de guerrear que el gasto social, salud pública y haya más presupuesto para matar. Estamos ante el mayor acto fascista desde el término de la Segunda Guerra Mundial. El chiste es cerrar el cerco a Rusia, provocar a China y, si alguna nación más la hace de jamón, entrará al eje del mal. Como México. Ja. De risa, pero peligroso.
Es cuanto.
Manipulación mediática
No solamente en los medios aldeanos, nacionales, sino que en los europeos se cuecen habas. Este jueves, en Austria, previo al Gran Premio de la Fórmula 1, los pilotos, en grupos, enfrentan las preguntas de la prensa, por lo que en la oportunidad que hubo, reporteros europeos manipularon una pregunta al tetracampeón del mundo de Red Bull Racing, Max Verstappen, sobre lo que dijo su excompañero, el mexicano Sergio “Checo” Pérez en un podcast. De inmediato, atajó el cuestionamiento, afirmando que “creo que la forma en que lo has planteado ahora no es como él lo quiso decir”. Es decir, o Max ya vio el podcast o fragmentos en redes sociales, y remató: “tengo una gran relación con ‘Checo’. Siempre hemos sido grandes compañeros de equipo. Le tengo mucho respeto, él me respeta mucho a mí”. Efectivamente, no sólo los reporteros de la fuente política con consigna, los que escriben mamotretos, las plumas a modo manipulan la información en busca de una respuesta concreta, hasta en los deportivos se dan estos vicios del periodismo. Y en los youtubers también hace aire. Sin mencionar nombres, para no darles publicidad, pues hay varios españoles y algunos mexicanos, no gustó que “Checo” diera una entrevista a un expiloto como Memo Rojas Jr., pues son grandes amigos. Pero tampoco gustó que no dijera lo que querían escuchar: que el tapatío despotricara contra RB, contra Max y contra todo el que se pusiera enfrente. Pasaron de vivir haciendo teorías conspirativas (una es que ya había firmado con Cadillac F1), tirando mierda contra todo el que se ponga una playera de la escudería de Milton Keynes a criticarlo porque “pudo haber dicho más”. No. Lo que quiso decir “Checo” es lo que salió. Punto. Y ha dado demasiado de qué hablar, a unas horas de que se lleve a cabo el Gran Premio en la casa, justamente, de Red Bull. Nada más. Timing, le llaman los que saben en las lides de la comunicación.
Es cuanto.
