Pero no por razones de la farándula, sino por haber visitado, en su casa de la Madre Patria, a Felipe Calderón Hinojosa, el expresidente, que disfruta de su visado dorado. La entrevista, por supuesto, no da para mayor análisis, es un culto a la personalidad… o como decimos en el argot: “a modo”. Pues bien, lo interesante vino después, porque tras la difusión de la charla, salió una horda de derechistas, opositores, odiadores de turno, panfleteros, opinadores y comentócratas prianistas a cuestionar “para cuándo sale López Obrador a dar una entrevista”. Tanto les sigue ardiendo que continúan lamiéndose las heridas. Pero hay niveles. A AMLO y a la propia Claudia Sheinbaum las entrevistó una verdadera periodista: Inna Afinogénova, no un cómico. Así que, plis, haters de la 4T: tómense una pastilla de Ubicatex y dimensionen bien las cosas.

Es cuanto.

Con qué finalidad

La iniciativa para, supuestamente, dar mayor libertad de expresión a los periodistas en Puebla no es más que un bodrio hecho al vapor, porque llevaba jiribilla en medio: la idea sí era limitar las críticas de la prensa a las y los políticos en temas como “vida privada”. Por lo pronto, el gobernador Alejandro Armenta salió al quite a pedir que se respete la Constitución Política Mexicana en todas las aprobaciones del Congreso, pues comentó que en el artículo 6 de la Carta Magna se señala que la manifestación de las ideas no será objeto de inquisición. Así, la “Ley Villegas”, como ya se le conoce en el Círculo Rojo, parece que nació muerta.

Es cuanto.