Campesinos de Huejotzingo y San Salvador El Seco irrumpieron en las oficinas de la institución, dieron un portazo y sacaron a una funcionaria, a quien estuvieron a punto de amarrarla a un poste, si no hubiera intervenido la Policía Estatal. ¿Qué pidieron? La devolución de saldo a favor del Impuesto Especial sobre la Producción y Servicios (IEPS), además de exigir que ya no les cobren el llamado “impuesto agrícola”. Sí, es todo. Lo que hace el enojo es nublar la vista, impide tomar decisiones lógicas y como eran bastantitos (aplica el dicho “no eran machos, pero eran muchos”) pues se vuelve una masa imprudente y violenta. Es decir, ahí no les iban a dar el dinero del IEPS, of course, pero llegar con machetes a amagar, detener a la funcionaria para chantajear, no es lo más inteligente. Y viene la pregunta: ¿Quién está detrás? Porque alguien tuvo que meter cizaña para generar la movilización, primero, e incrementar la violencia, segundo. Por lo pronto, a los trabajadores denles una torta para el susto y a la funcionaria, atención especial. Por favor. Decirles a los campesinos que esos no son modos ni las formas de pedir, suficiente es la violencia que hay en el país para que, con machete en mano, la hagan de jamón. Bájenle 70 rayas a su tigre.
Es cuanto.
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— exilio_mx (@MxExilio) April 23, 2025
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