Es el sujeto que pretendía amagar a la alcaldesa Guadalupe Cuautle con boicotear, o como se dice amablemente “alterar el orden” en el Foro Internacional de Mujeres, que se lleva a cabo en San Andrés Cholula. Este sujeto, al que ya incluiremos en la lista de la picaresca política, pretendía hacerse de la Secretaría de Servicios Públicos municipal a base de chantajes, amagos y amenazas. En su afán de llegar al gabinete, Hernández renunció el pasado 16 de octubre, un día después de que tomara la panista protesta, a la Delegación Atlixcáyotl, antes conocida como Reserva Territorial. Pero como no obtuvo el hueso, con una veintena de sus seguidores (a las que, seguramente, les había prometido, eso mismo, un puesto) cerró de forma simbólica la sede del Ayuntamiento cholulteca. Pero esto no se detuvo ahí. En un arranque de enojo, el aludido amagó a la presidenta municipal con llegar al foro. Ante esto, Guadalupe Cuautle convocó a una conferencia de prensa, en la que dijo que ella tiene el derecho de nombrar a quien decida al gabinete, y en esa misma tesitura, exigirle su renuncia por pérdida de confianza. Y fue lo que sucedió. La presidenta perdió la confianza por el personaje de marras, quien intentó por las malas volver a la Delegación, pero ya había alguien en su lugar. ¿Qué hizo para que la alcaldesa ya no lo quisiera en el gabinete? Eso sólo lo sabrán ellos dos. Por lo pronto, la edila salió avante en la, digamos, primera crisis interna. Por supuesto que está en análisis entablar una demanda para que quede constancia de lo sucedido.
Es cuanto.