Según una denuncia que llegó a nuestra redacción, más de un centenar de usuarios del club deportivo llevaron sus reclamos hasta las oficinas del corporativo en la Ciudad de México, inconformes por la mala calidad de los servicios que se ofrecen aquí, en la aldea. Pero sólo encontraron oídos sordos. De acuerdo con la misiva, los reclamos van desde “el incumplimiento en el contrato, en el que se establecen dotaciones de toallas corporales para regaderas hasta individuales para las áreas de gimnasios; tampoco existen suficientes lugares para el estacionamiento de automóviles y el servicio de vapor inconsistente”. No conformes con las respuestas que les dieron, invocaron las normas establecidas en la Ley Federal del Consumidor, si es que el club deportivo y su equipo no hacen algo para poner freno a los abusos. En pocas palabras, están cayendo en el gandallismo puro y duro, típico de gestiones mediocres, por ahorrar unos pesos. A ver si hacen caso o, como siempre, les vale gorro (podemos decir otra palabrota, pero es horario familiar y somos decentes), pasándose la ley por el arco del triunfo, porque, además, sus mensualidades no son nada baratas.
Es cuanto.
Qué ganas de jugar a Dios
Este lunes, científicos de la empresa Colossal Biosciences revivieron al Lobo Huargo (Aenocyon dirus), una especie que se extinguió hace más de 10 mil años, un hito en la historia de la biología, pues es la primera vez que se aplica la máxima de Jurassic Park, crear híbridos a partir de sus descendientes modernos, pues no tienen el genoma completo de la especie. En 2021, un equipo de científicos recuperó ADN de fósiles, y tal como el T-Rex de la película de Steven Spielberg, de 1993, crearon embriones a partir de células de lobo gris, los implantaron en madres sustitutas y esperaron a que dieran a luz. El resultado son tres lobos sanos: dos machos de 6 meses y una hembra de 2 meses, llamados Rómulo, Remo y Khaleesi. Este lobo sirvió de inspiración para una especia canina en Game of Thrones. La pregunta no es cómo lo hicieron, sino ¿debieron hacerlo? Jugar a Dios es peligroso.
Es cuanto.