• 20 de Junio del 2025
Aldo Fulcanelli

Aldo Fulcanelli

En el marco de una conferencia organizada por NTT Data, el expresidente de México Ernesto Zedillo Ponce de León (1994-2000), arremetió contra los gobiernos de corte “populista” en América Latina, tildándolos de ineptos. También, criticó a los países de la región por detener según él, las reformas estratégicas que se habían aprobado, cuando estas ya habían sido adoptadas.

Sin embargo, y por obvias razones, Zedillo nunca refirió que su gobierno, sumió al país en una serie de crisis sociales y económicas, que por amor a la verdad sería dable rememorar.

Beneficiario de la muerte.

Luego del asesinato de Luis Donaldo Colosio, ocurrido en marzo de 1994, Ernesto Zedillo fue designado candidato sustituto por el PRI, lo anterior, en un clima de disputa entre los grupos de poder de dicho partido y una crisis de credibilidad de proporciones gigantescas.

Propuesto por José María Córdoba Montoya-súper-asesor y “eminencia gris” del salinato-, Zedillo, salió avante por encima de otros pretensos, respaldado por el entonces gobernador de Sonora, Manlio Fabio Beltrones, quien se dice, exhibió en una reunión privada un video donde el finado Colosio se expresaba muy bien del propio Zedillo, quien entonces fungía como su Coordinador de Campaña.

Ya en su papel de candidato oficial del PRI, Zedillo utilizó el asesinato de Colosio como un chantaje sentimental, mencionando al nativo de Magdalena de Kino cientos de veces a lo largo y ancho de sus actos de campaña. Una y otra vez, juró ante la militancia, que el artero crimen se aclararía en caso de ganar las elecciones.

El 1 de diciembre de 1994, Ernesto Zedillo Ponce de León se convirtió en Presidente de la República sin que lograra esclarecer jamás el crimen de Luis Donaldo Colosio. En su aparente afán de encontrar la verdad sobre la muerte del malogrado candidato, pero también dilucidar los asesinatos de Juan Jesús Posadas y José Francisco Ruiz Massieu, Zedillo, nombró fiscal del caso a Pablo Chapa Bezanilla, quien convirtió a la fiscalía especial, en un verdadero circo cuyos desatinos, fueron la comidilla de la opinión pública internacional. 

Chapa Bezanilla utilizó el testimonio de una vidente conocida como “La Paca”, para según él, encontrar la osamenta de uno de los implicados en el caso Ruiz Massieu, aparentemente enterrada en la finca “El encanto”, propiedad de Raúl Salinas de Gortari, a quien culpó del asesinato.

Sin embargo, la osamenta no era de quien el fiscal decía, y el caso de la Finca del “Encanto” se convirtió en uno más de los mitos geniales protagonizados por la nomenklatura política mexicana.

Para variar, en su ambición de aclarar al precio que fuera el crimen contra Colosio, Chapa Bezanilla torturó, encarceló, persiguió, falseó información, todo en nombre del Estado mexicano encabezado por Zedillo, sin lograr ningún avance sustancial.

En medio de los escándalos de corrupción y abuso de autoridad, Pablo Chapa Bezanilla fue cesado de la fiscalía en 1997, junto a su jefe inmediato, el Procurador General de la República Antonio Lozano Gracia, miembro destacado del PAN.

Para abonar al clima de crispación en que el país se hundió, una carta escrita de puño y letra por Ernesto Zedillo y dirigida al entonces candidato Luis Donaldo Colosio, se filtró a la prensa tiempo después. En dicha carta, Zedillo, en su papel de Coordinador de la Campaña, le solicitaba a Colosio, que hiciera un pacto inmediato con el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari.

La manera en que la carta fue escrita, y las circunstancias políticas que la rodearon, permiten entender que, entre Colosio y Salinas, existió una notoria lejanía en momentos claves de la campaña.

A continuación para dar luz al lector, transcribo un fragmento que considero toral para comprender el clima de polarización que reinaba en 1994, así como el papel que Zedillo Jugó como parte del entramado del gobierno salinista.

“Tal como te lo propuse desde enero, debe establecerse clara y precisamente una alianza política con el Señor Presidente. Debes ofrecer toda tu lealtad y apoyo para que él concluya con gran dignidad su mandato; no debes pedirle más que su confianza en tu lealtad y capacidad, externarle tu convicción de que él ya cumplió con la parte más importante de la sucesión y que ahora tú harás la que a ti te corresponde; que como parte de la estrategia de campaña se requiere un candidato que la gente sepa que no será manipulado por el Presidente Salinas, pero que goza de su confianza y aprecio, y para eso es necesario que haya un acuerdo explícito sobre cómo se producirá esa percepción en la opinión pública. Cada vez que haya que señalar tareas pendientes y deficiencias del gobierno, mediará notificación previa y se será receptivo a observaciones sobre la forma de decirlo. Insisto, mi propuesta de celebrar este pacto es independiente de mi admiración y agradecimiento por el Señor Presidente. Es una recomendación elemental, yo diría de libro de texto, de estrategia política.”

Es evidente, que Zedillo, en su papel de colaborador cercano, fungió como vínculo del Presidente Salinas frente a Colosio, con el fin de pedirle a este último que reconsiderara la manera de conducir su campaña. Pero Colosio, prefirió el tono combativo abandonando el cuadrante de interés de Salinas, y finalmente, cayó asesinado en marzo de 1994, bajo un complot planeado por el Estado, situación que Zedillo sabía de sobra.

Antes de suicidarse en los Estados Unidos, el ex subprocurador de la PGR, Mario Ruíz Massieu (1950-1999), sostuvo que el presidente Ernesto Zedillo, estuvo involucrado en los asesinatos de su hermano José Francisco Ruíz Massieu, y de Luis Donaldo Colosio Murrieta. ''Ernesto Zedillo no perdonó que denunciara a los dirigentes del PRI... se vengó por eso'', afirmó Ruiz Massieu, en una carta que dejó al suicidarse en su casa de Nueva Jersey. ''Para encontrar a los homicidas de mi hermano hay que iniciar una investigación que empiece por Zedillo. Él y yo supimos que no era ajeno a los dos crímenes políticos de 1994''.

El “efecto tequila” y la maldición del FOBAPROA.

A poco tiempo de haber tomado posesión, Zedillo enfrentó una de las peores crisis de la historia de México. Para borrar la huella del salinismo, Zedillo, pidió la renuncia de todos los funcionarios de primer y segundo mando de la secretaria de hacienda, dejando a la institución prácticamente al garete, en manos de personajes de poderosas credenciales académicas, pero sin experiencia sólida en el gobierno.

Dicha decisión errónea, precipitó la desconfianza de los inversionistas, que ante la polarización por la crisis política del 94 y la movilidad del dólar, tomaron la decisión de extraer sus capitales del país. Con el peso devaluado, el “efecto tequila” se convirtió en la primer gran crisis financiera de la era globalizada. Con una caída registrada del PIB, de hasta el 6.2%. Ante la insolvencia económica, Zedillo solicitó el respaldo de los Estados Unidos, sin embargo, el desastre financiero profundizó aún más la brecha de desigualdad en México, y el autor, la cabeza visible, pero también la más torpe de la jerarquía política del país: Ernesto Zedillo.

Luego de la devaluación del peso, ante la declaratoria de quiebra de los bancos, Zedillo ordenó la utilización del esquema de FOBAPROA (Fondo Bancario de Protección al Ahorro), para otorgar solvencia a las instituciones bancarias.

Pero el rescate toleró las prácticas ilegales, el fraude, la evasión fiscal de Banca Cremi, Banco Unión; Banca Confía y Banpaís; entre otras, y sus dueños afines a la corrupción sistemática. El FOBAPROA, terminó absorbiendo la cartera vencida de Los Bancos, y en 1999, el gobierno de Ernesto Zedillo, la convirtió en deuda pública, ante la indignación generalizada del país.

El FOBAPROA, que terminó rescatando a políticos y delincuentes de cuello blanco, cerró en 2019 en un cifra récord de una billón 62 mil 447 millones de pesos. Ya en la época actual, el Gobierno de México, tuvo que destinar 94 mil millones de pesos del presupuesto de 2019 y 2020, solo para el pago de dicha deuda; la herencia inolvidable de Ernesto Zedillo.

Represión y narco.

En el año de 1997, el zar antidrogas de México, general Jesús Gutiérrez Rebollo, fue detenido y acusado de mantener vínculos con los capos del narcotráfico. Sin embargo, lo que en aquellos años el gobierno de Zedillo, nunca reveló, es que el general había intervenido los números telefónicos de los hermanos Amezcua Contreras, lideres del Cártel de Colima, y conocidos en los bajos fondos como “Los reyes de las metanfetaminas”. En las horas de grabación interceptadas a los capos, el hallazgo más importante fue la relación entre los Amezcua, y Fernando Velasco Márquez, suegro de Zedillo, sin dejar de mencionar a los cuñados del propio mandatario.

Los informes acerca de las llamadas, revelados por Gutiérrez Rebollo, en absoluto sigilo al entonces secretario de la defensa, general Enrique Cervantes Aguirre, fueron motivo suficiente para que Zedillo, conocedor de los vínculos clandestinos de su familia con el narco, se lanzara contra Gutiérrez Rebollo encarcelándolo. La siniestra venganza de Zedillo, delineó aun más su perfil del astuto corruptor que fue, y mismo que, según los informes confidenciales de la PGR, toleró la presencia de los carteles, encerrando a su único obstáculo visible, un militar de trayectoria que murió intentando lavar su propio honor, mientras que hoy, Zedillo, se pavonea ante los grandes foros económicos del mundo.

Pero la negra trayectoria de Zedillo no termina ahí. El 22 de diciembre de 1997, 60 paramilitares ingresaron a una ermita de Acteal, municipio de San Pedro Chenalhó, Chiapas, asesinando en el acto a 45 personas. Las víctimas, niños, mujeres y hombres indígenas, fueron atacados con balas expansivas; cuatro de las mujeres estaban embarazadas.

La masacre de Acteal, provocó que la CNDH emitiera la Recomendación 1/1998, y posteriormente, un grupo de 11 víctimas, interpuso una demanda contra Ernesto Zedillo en una corte de los Estados Unidos, acusándolo de responsabilidad de mando, por ordenar, participar y conspirar en asociación delictuosa para ejecutar la matanza de Acteal, y por su posterior encubrimiento. La matanza de Acteal, es una herida abierta que históricamente, pesará siempre sobre la imagen borrosa de Ernesto Zedillo.

El falso apóstol de la democracia.

El 01 de diciembre del 2000, Ernesto Zedillo Ponce de León, entregó el poder a Vicente Fox. Aunque la victoria del entonces candidato del PAN fue legitima, ya como gobernante, Vicente Fox soltó el timón del país entregándolo a su esposa Marta Sahagún, quien co-gobernó bajo la sombra del abuso de poder, el clasismo, la rapacería y la intriga política.

La idea de que Zedillo es un auténtico demócrata que contribuyó como “soldado de la nación” a la entrega del poder pacifico después de años de hegemonía priista, es totalmente falsa. En realidad, en el futuro no habría viraje económico, y Fox, un político veleidoso producto de la surrealista fauna política nacional, gobernó el país con la ayuda de los llamados: “chicago boys”, un grupo de economistas educados a la usanza neoliberal en las universidades de los Estados Unidos.

La historia guarda celosamente, el genio y la figura de Ernesto Zedillo Ponce de León, beneficiario de la muerte de Colosio, a quien en vida intentó disuadir para que este no intentara ningún cambio en el PRI, tal como lo demuestra la carta filtrada que escribió al extinto candidato.

Probable protector de narcotraficantes, tal como consta en archivos confidenciales de la desaparecida PGR. Defensor de grupos paramilitares, según el testimonio de los grupos defensores de los derechos humanos. Teórico neoliberal, que escaló las mas altas posiciones del poder, siempre al amparo de una desmedida ambición, y una ausencia total de humanidad.

Amaneció el mundo consternado con la noticia de la muerte de Francisco (1936-2025), cuyo nombre secular fue Jorge Mario Bergoglio.

El 07 de abril de 1915 nació en Filadelfia Eleanora Holiday Fagan, conocida en el ambiente artístico como Billie Holiday. Su infancia estuvo marcada por el abandono y el maltrato. Con su peculiar voz plena de matices fue abriéndose paso en el difícil territorio de la música, en una América racista fragmentada por la segregación.

Murió uno de los narradores más avezados de América Latina, y ganador de los más destacados premios en el ámbito de las letras: El Premio Nobel de Literatura (2010), el Príncipe de Asturias (1986), el Rómulo Gallegos (1967) entre muchos otros. El peruano Mario Vargas Llosa fue integrante clave del llamado *Boom Latinoamericano*, junto a otros personajes de la misma estatura literaria como Cortázar, Fuentes y García Márquez, entre otros.

El pasado 8M, fue la ocasión de atestiguar nuevamente las marchas que, en muchas partes del mundo, tienen el objetivo de conmemorar el Día Internacional de la Mujer. Nuevamente, y a través de imágenes retomadas por los medios de comunicación e incluso, por los propios asistentes a la movilización, fuimos testigos de los daños a vehículos estacionados, edificios históricos y también personas golpeadas cuyo craso error fue estar ahí en el momento menos indicado.

Los incendios de Los Ángeles que hasta el momento han devastado 16,000 hectáreas destruyendo tanto viviendas de clase media, como mansiones exclusivas, parecieran los heraldos de una nación que se retuerce en la agonía. A través del fuego alimentado por los poderosos vientos de California, se adivinan también los ecos de una sociedad cada vez más inconforme con su sistema de gobierno, un sistema pro-belicista que asienta su poder en el férreo control económico; y una doctrina expansionista incontenible.

La agenda de dominación erigida desde Washington, es ahora cuestionada por cientos de ciudadanos que han decidido abandonar las aulas, las oficinas, la comodidad de sus hogares para protestar por las masacres en Gaza ordenadas por el Estado de Israel y avaladas por su eterno aliado, el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica.

Algo pasa en el “otro lado”.

La vieja retórica de un Israel protegido por la mano de dios, la tierra prometida para sus elegidos, carece ya de toda credibilidad. En lugar de eso, las atroces imágenes de niños huérfanos, de los muertos, amputados, los alaridos de los médicos en Palestina cuyos ojos son nublados por los destellos de las bombas, despiertan la conciencia de una opinión pública cada vez más activa.

Aunado a eso, grupos de judíos ortodoxos niegan que el gobierno de Benjamín  Netanyahu -acusado por la Corte Penal Internacional de cometer crímenes de Lesa Humanidad-, represente los preceptos emanados de la Torah (libro sagrado del judaísmo). Del otro lado, los que piensan que el opresor Estado de Israel tiene derecho a masacrar a los palestinos también se ha congregado en las calles, la opinión pública es ahora un cuadrilátero donde se juega la libertad del mundo.

¿God bless America?

Célebres se volvieron las imágenes de Anthony Blinken, el ahora ex secretario de Estado, increpado en plena conferencia de prensa por los periodistas Max Blumenthal y Sam Husseini. Acusado por Blumenthal de abanderar un legado de genocidio, y por Husseini de incumplir los Acuerdos de Ginebra para el Pueblo Palestino, Blinken tragó saliva atónito sin dar crédito de lo ocurrido. En el recinto los periodistas fueron sacados a empellones por el personal de seguridad, ratificando que la libertad de expresión en la América anglosajona es una total letra muerta, enaltecida ya solamente en el papel.

A cambio de eso, todos los días las autoridades del vecino país persiguen, encierran y asesinan a sus propios ciudadanos por motivos raciales, mientras las asociaciones pro armamentistas financian las campañas políticas; y los tiroteos en las escuelas se multiplican.

También la crisis por consumo de opioides se alza sobre aquella nación como un gigante apocalíptico, y su gobierno, ebrio de soberbia culpa a México de todas sus desgracias. Mientras el reloj del acontecer inmediato marca la cercana hora de la disolución social, Washington se aferra al poder con aire provocador en Ucrania, multiplicando sus intentonas de una Tercera Guerra que consiga potenciar su expansión regional de la mano de la OTAN.

Stranger things.

Previo a los incendios, otro hecho que, aunque ajeno a la tragedia de Los Angeles contribuyó a encender los focos rojos del enojo público, fue el asesinato de Brian Thompson, director ejecutivo de UnitedHealthcare, una de las principales aseguradoras de salud de los Estados Unidos.  Victimado a sangre fría por un atacante en Nueva York, el crimen contra Thompson despertó una añeja inconformidad social: los abusos perpetrados por el sistema de salud.

Tras su captura Luigi Mangione, identificado como el asesino de Thompson, adquirió al instante notoriedad internacional, elevado a categoría de “héroe público” en las redes sociales por considerar que el crimen que cometió, tuvo por objeto reivindicar a todas las victimas del atroz sistema, las mismas que han acusado a las aseguradoras de lucrar con el dolor de los pacientes para enriquecerse de manera indiscriminada.

Un infractor a la Casa Blanca.

Los ecos de la tragedia que hoy sobrevuelan la Estatua de la Libertad, emblema de la América idealizada, y que parecieran extraídos de alguna novela distopica; son ahora la realidad de una sociedad hastiada del individualismo con sabor a selfish, que carcome su conciencia.

Esa misma realidad contenida en las llamas de Los Ángeles, le ha mostrado a esa nación que el mundo es mucho más que una agradable pensión, una barriga llena de mantecados y los delirios de la comida rápida. Que el refresco de cola realmente no calma la sed, o que la voz de la barbarie que huele a muerte, no podrá ser silenciada jamás por las palmeras de Hollywood Hills antes borrachas de sol, ahora reducidas a cenizas por el andar atroz del fuego.

Al ritmo de ese incesante reloj de arena que determina el poder inmarcesible del destino, los reflectores apuntan ya hacia la próxima Toma de Posesión del presidente electo Donald Trump, quien increíblemente, tomará el poder con una pesada loza a cuestas; la misma que le convierte en el primer mandatario en ser acusado y sentenciado por un delito.

Aunque los hechos que rodean el caso Trump, adquieren el sabor de una vendetta del establishment contra él, un ave de las tempestades, ello contribuye a fortalecer todavía más el hostil ambiente que se percibe en Washington.

La Toma de Posesión de Donald Trump, podría convertirse en un rally donde la ultraderecha internacional pretenderá mostrar el músculo. Sin embargo, habrá que recordar que el mundo del siglo XXI, con los BRICS organizados para enfrentar la imposición eterna de los Bretton Woods, apuesta ya por el multilateralismo, y no por la retórica que admite a la barbarie como la única manera de alcanzar el poder.

Pocas figuras tendrán el enorme privilegio de bajar de las marquesinas, e instalarse para siempre en el imaginario popular, como sí lo consiguió Silvia Pinal (1931-2024) con sus más de 60 años de trayectoria interrumpida.

La música mexicana no encontró mayor lujo que una voz palpitante, aunada a la inseparable guitarra que desde algún rincón sombrío, adelantaba la presencia irrepetible de Chavela Vargas, “la chamana”, que desde México, hasta Europa y Sudamérica, conmovió los corazones con su estremecedor talento.

La Caída

El jueves 25 de julio, una noticia le dio la vuelta al mundo, tensando la cuerda entre México y los Estados Unidos, socios comerciales además de protagonistas de una sempiterna relación binacional, salpicada por el amor -odio. El capo más buscado, aquel por quien Washington ofrecía la inmejorable cantidad de 15 millones de dólares, Ismael “El Mayo” Zambada, fue detenido por el Gobierno de los Estados Unidos en El Paso Texas.

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