Hay enfrentamientos entre las fuerzas del ICE (Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de los Estados Unidos), la Border Patrol, o Patrulla Fronteriza (¿qué demonios hace ahí, por cierto?, la frontera está muy lejos) contra la comunidad latina que ahí vive y que es víctima de una arremetida para deportar a indocumentados. Con lujo de violencia, uso excesivo de fuerza, con amenazas y, en algunos momentos, amagando con armas de fuego, el ICE y la BP presumen el poder que les confirió el presidente criminal, Donald Trump, y como película gringa, se ufanan. Pero no contaban con la astucia, unidad y, también, violencia, de la comunidad latina. Con petardos, piedras, palos han corrido a los convoyes de las fuerzas federales de barrios angelinos, cual delincuentes, quienes huyen ante la superioridad de las y los chicanos. Enfrentamientos verbales entre migrantes y estos elementos, algunos con rasgos morenos, nada que ver con los güeros que a bordo de sus Chevrolet Suburban, Silverado, Tahoe o Ford Explorer, bien americanas, vestidos de chalecos antibalas, lentes oscuros, gorras y vestimenta tipo militar, hacen gala de los clichés hollywoodenses que han programado por décadas las mentes de las y los estadounidenses. Es tal el terror que vive la comunidad, que hasta la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, mostró su indignación por que las fuerzas federales irrumpieron en una ciudad santuario para las y los migrantes, por lo que afirmó que se registró el uso de lanzagranadas, y sólo “siembran terror”. Ni contra los terroristas son tan valientes, eso lo decimos nosotros. “Nuestra comunidad está bajo ataque y está siendo aterrorizada. Estos son trabajadores, estos son padres, estas son madres, y esto tiene que parar. La aplicación de la ley de inmigración (…) debe parar ahora”, indicó Angelica Salas, directora ejecutiva de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes. Es indignante cómo un criminal, como lo es el presidente de Estados Unidos, trata a quienes con esfuerzo, sudor y lágrimas han hecho a ese país lo que es. Y sube la vara: amenazó con detener al gobernador Gavin Newsom y a la alcaldesa Bass si no cooperan con el ICE. No queremos imaginarnos el karma que le vendrá a Trump y a todos sus secuaces que han aterrorizado a las familias latinas. Recuerden: todo en esta vida se paga.
Es cuanto.
Dear America,⁰
— Canada Hates Trump (@AntiTrumpCanada) June 8, 2025
With all due respect, we’ll pass on becoming your 51st state.
Sincerely,⁰Canada 🇨🇦pic.twitter.com/3XqHD86RoF
¿Migrante?
El canciller alemán, Friedrich Merz, el pasado 5 de junio, visitó la Casa Blanca y, entre otras cosas, le fue a aventar un escupitajo en la cara a Donald Trump. Metafóricamente hablando, of course. El germano entregó, en un marco de oro, una copia del acta de nacimiento del abuelo del magnate, Friedrich Trump. Es decir, le escupió en la cara que la familia de Trump es migrante, o sea, él es un migrante. Por supuesto que el mandatario naranja se puso rojo de coraje. ¿La respuesta? Propia de un ignorante: "¿El Día D? No fue un gran día para ti, ¿verdad?". El revire del alemán fue sutil, para no caer en la provocación: “Ese fue el día en que su país liberó al mío del dominio nazi”. Punto. Sólo una acotación a ambos: Estados Unidos no fue el salvador de Europa, fue la Unión Soviética la que terminó la Segunda Guerra Mundial. ¡Qué forma de crear narrativas tergiversando la historia! De los dos no se hace uno, me cae. Pero nos congracia la exhibida viral que le hicieron al criminal Trump.
Es cuanto.
MERZ: Tomorrow is the D Day anniversary, when the Americans ended a war in Europe
— Aaron Rupar (@atrupar) June 5, 2025
TRUMP: That was not a pleasant day for you? This is not a great day
MERZ: This was the liberation of my country from Nazi dictatorship pic.twitter.com/rcEDGopjVy